ERGO SUM

El otro día me hicieron una pregunta que respondí al momento, pero que me ha tenido inquieto hasta hoy, en que me siento capaz de llegar más allá y dejar zanjada una cuestión que aunque no me quitaba el sueño tampoco sabía si sería capaz de aclarar.

La pregunta fue bastante sencilla, y teniendo en cuenta el medio estado etílico que la acompañaba (emisora y receptor) podrías ser la causante del derrumbamiento de las murallas de Jericó: "tú todavía estás enamorado de ella ¿verdad?". No hizo falta ni un segundo de reflexión para soltar un rotundo "NO", pero ante la insistencia y la mirada de incredulidad la acompañé con esta aclaración: "no, ni de coña. De pocas cosas estoy seguro, pero esta es una de ellas. Es inevitable que después de los proyectos que había y del tiempo, surjan recuerdos ante ciertas situaciones, pero eso no implica que siga estando enamorado".

Al final lo entendió, pero como ya he dicho, algo me inquietó por dentro y necesitaba indagar un poco más, sobre todo por saber si yo mismo creía lo que respondí.

Dos días después no sólo estoy convencido de elo sino que estoy en disposición de dar un argumento final y dejar la cuestión totalmente cerrada.

Dentro de nuestra constitución como seres pensantes tenemos memoria, y dentro de esa memoria existen los recuerdos. Que algo o alguien evoque un recuerdo no implica por imperativo categórico que esa situación deba ser negativa, el recuerdo no conlleva la pena obligatoriamente. Por ejemplo, recuerdo cuando mi abuelo nos cuidaba a todos los primos cuando íbamos de niños de vacaciones a Liébana. Él nos organizaba como si fuéramos un ejército con distintos grados de oficiales de acuerdo con la edad, y así se cuidaba de que no hiciéramos demasiadas trastadas. Hoy, casi treinta años después mi abuelo ya está muerto desde hace seis y cuando recuerdo estas aventuras no me pongo triste ni melancólico.

Por tanto afirmo que los recuerdos que pueda tener no implican añoranza y por tanto afirmo sin ninguna duda, que no sigo enamorado de quien lo estuve. Eso, pertenece al pasado, y está tan muerto como mi abuelo. Hay que dejar sitio en el corazón y en el cerebro a nuevas sensaciones y aventuras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues en cierto modo es una suerte que seas capaz de olvidar... ;)

salduos!