INCONEXO

Llega un momento en la vida de todo parado de larga duración, como éste que os habla, en el que todo lo que ocurre (ironía), se resume en una palabra: hastío.

Y es ahora, acabado el paréntesis de reuniones y comidas, en que llega con todo su esplendor, auspiciado por el cansancio y el hartazgo de tanta parafernalia navideña. Hastío, rutina, aburrimiento supino ... quizá es el momento de empezar a hacer cosas nuevas, a la espera de que llegue el momento de la mudanza definitva que acabará de raiz con todo esto.

Pero hasta entonces, soy consciente de que debo incluir novedades en mi rutina o de lo contrario este sentimiento de abulia y apatía no va a traer otra cosa que mal rollo. Porque es precisamente eso, la rutina, el animal al que más temo, el que está dominando estos tiempos y contra él debo luchar de algún modo.

Se me ha ocurrido, después de otra larga noche de insomnio, que puedo unir a esta lucha al propósito planteado, y de esta forma también conseguiré acabar con el insomnio ... quien sabe si llegando a casa, después de un larguísimo paseo no me de por pasarme las noches en vela y sobre todo que deje de pensar tanto, una buena manera de encontrar la felicidad, según dicen; quizá también sea una buena manera de dejar de hacer tanta tontería como estoy haciendo ultimamente, ya lo siento, pero analizándolo en frío es eso lo que veo.

No se, son demasiadas cosas para tan poco espacio y tiempo, quizá deba quedarme una o dos noches más sin dormir y aprovechar para llegar a alguna solución de todos estos males ... que paradójico ¿verdad?.

Ale, a seguir con la rutina ... de momento.

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