EL MAL CONOCIDO

Llego a casa un poco cansado tras una jornada que empezó fuerte por la suma de incompetencias de varias de las empresas presentes en la obra y adivinen quién ha sido el encargado de poner orden, les daré una pista ....... yo.

Tres horas de ir para arriba, para abajo, hacer llamadas perdidas para recibir las de teléfonos de empresa (bueno si, tonto cada vez menos mientras la genética avanza), coche a portería, peticiones de papeles ..... todo este trabajo debería corresponder a quien está por encima mío en cuanto a seguridad se refiere, que paradojicamente trabaja en mi misma empresa (recordadme que un día de estos os hable de la organización de una obra de construcción) y bueno, como el tío no acababa de enterarse de la misa a la media pues he sido yo, y no otro, el que ha conseguido que entren dos personas más a currar.

La única felicitación recibida vale su peso en oro, ha sido por parte, de quién si no, del jefe de obra y con esto ya está todo dicho; el resto del día ha sido bastante cotidiano pero no menos comprometido con la seguridad, sobre todo por el cambio climático, vamos, que por la mañana ha hecho un día playero y por la tarde ha estado lloviendo, no abundante pero si constante.

Y eso, que llego a casa, me ducho para quitarme la roña de la fábrica y recién salido llaman desde un número oculto, tonto de mi descuelgo y preguntan por mi padre con una voz femenina de acento sudamericano ... la temida llamada de la oferta para cambiar de proveedor.

Desde el primer momento creo haber sido bastante educado (fui a colegio de pago) y tratándola de usted la he solicitado que no insistiera con la oferta porque en esta casa somos de mejor el mal conocido, nos importa bien poco que haya algo más rápido y más barato, y ella seguía adelante con su cantinela. Entiendo que la pagarán por clientes llamados y convencidos, pero ante una negativa tan rápida y tajante creo que debería ser consciente de que su tiempo estaba muy mal invertido.

Pues bien, cuando por cuarta o quinta vez, sin perder la compostura, la he dicho que de verdad no estábamos interesados, ella ha cambiado el tono que sonaba a "usted es tonto" y me ha dicho: "entonces entiendo que usted prefiere navegar más despacio y pagar más" ... ese tono me ha terminado de rebotar y mi respuesta no ha dejado lugar a dudas: "por fin lo ha entendido, aunque si lo necesita se lo vuelvo a repetir porque parece que no la han contratado por su rapidez mental".

Y me ha colgado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de esas me toco a mi no hace mucho, argentina era la tia, y como la q te llamo a ti cortita de mente. Mas o menos acabe como tu lo q pasa q yo no fui tan "sutil".
Lobita

Anónimo dijo...

vaya que si, no te dejan ni decir si, ni decir no, debe ser como esos trabajos que te pagan por rellenar un formulario, pero aquí sería "conseguir decir el discurso entero y que no te cuelguen o manden a tomar viento".
(mola3)

Merlin dijo...

Yo creo que la pobre señorita ha enmarcado mi número con un lazo negro ... igual hay suerte y no vuelven a llamar XDDDDDDDD