CUATRO DÍAS

Y llegamos al viernes, San Viernes, y como quiera que el lunes es fiesta en Cantabria puesto que se conmemora la firma de la constitución de la Provincia de Cantabria, allá por el 1778, ¡casi ná!.

Esto se traduce en que tengo ante mi un largo fin de semana, y que otra cosa podría hacer con él que no fuera aprovecharlo para viajar un poquito, pues eso es lo que voy a hacer, otros 173 kilómetros (bueno, algo menos porque mi trabajo está más cerca de mi lugar de destino) y con muchos días por delante para aprovecharlos como bien se merecen ... etílico-gastronómicamente hablando.

Ayer quedé con los colegas de toda la vida, para dejar cerrado el asunto de la despedida de soltero de J. que tendrá lugar el próximo fin de semana, es decir, que se masca la tragedia, como no podría ser de otra manera, y sin embargo la sensación que tengo es que estaré un tanto fuera de lugar porque ya hace mucho tiempo que los intereses comunes no existen, más allá de reunirnos y recordar historias del pasado. La vida de cada uno va para su sitio, y la última noticia es que otro de ellos, J. "el marqués", se nos casa el año que viene mientras que I. formalizará legalmente su nueva situación, por medio de segundas nupcias.

A este último le dije que tengo limitado el número de bodas a una por persona asi que de esta me voy a librar, no asi de la primera que me temo vaya a coincidir con uno de los festivales de referencia de cada verano, allá por septiembre, pero eso será dentro de más de un año y nadie sabe donde andaré por entonces :-)

Vamos a ir cerrando la semana, me llega la hora del café, y un poco más tarde a comer ligero porque hoy hago jornada contínua que me llevará hasta eso de las cuatro de la tarde, momento en el cual empezaré a disfrutar de este extenso fin de semana.

Hasta la vuelta.

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