SEÑALES

Hola de nuevo, querido Autodiván:

Han sido muchos los días en que te he tenido (conscientemente) olvidado, y es que dentro de mis vacaciones necesitaba al tiempo un descanso de las obligaciones que tengo contigo, seguro que sabes perdonármelo pues eres consciente del tiempo que, a veces, me demandas; tiempo que gustosamente te ofrezco pero en justa contrapartida he querido tenerlo libre. Ahora se acabó ese descanso y aquí estamos de nuevo, comienza un nuevo curso en el que tendremos que darlo todo una vez más, con nuevas sensaciones y experiencias ... la vida continúa.

Han sido días de señales y conocimientos, han sido días de empirismo y como toda ciencia basada en este método se obtienen unas refutaciones, unas comprobaciones ... se valida la hipótesis: los experimentos mejor hacerlos con gaseosa que como mal mayor sólo tienes que preocuparte de un ataque de aerofagia.

Y también han sido días de apertura de frentes laborales, son varias las alternativas en el horizonte, varios los curriculums enviados y varias las esperas empezadas. Sabía que esta parte iba a ser mucho más dura, la espera siempre lo es, sólo quiero que el ánimo no me falle y sobre todo que la paciencia en casa no llegue a estallar. El tiempo, una vez más, será a la vez mi mejor aliado y mi mayor enemigo, debo actuar como aquel guerrero de la luz que sabe esperar su momento, cuando hay que atacar y cuando hay que descansar, racionalizar las fuerzas, si no lo hago así corro el riesgo de volver al punto de partida del que salí hace unos meses y al que tanto me costó llegar.

Pero, permíteme, que deje los argumentos depresivos por el momento, puede que los necesite a corto plazo y no quisiera malgastarlos ahora, han sido días de descanso y deshinibición (con momentos frustrantes, ciertamente, pero que conviene empezar a olvidarlos), ha habido mucho desmadre y como muestra este botón por la zona de Laviana:

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Y como no quiero agobiarte el primer día lo voy a dejar por ahora, ya tendremos ocasión de seguir en contacto, por mi parte con la acostumbrada y casi olvidada asiduidad del pasado reciente. Pero no quiero irme sin antes dejar esta frase que aunque muy conocida no deja de ser una realidad imperturbable:
¿Qué es la vida?, un frenesí. ¿Qué es la vida?, una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón de la Barca
Dramaturgo y poeta español.
Un abrazo y hasta la próxima, mi querido Autodiván.

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