PLAN L

Estoy convencido de que habrá alguien que con todo esto que voy "sufriendo" en la cuestión laboral, lo esté celebrando como si de un triunfo personal se tratara, no voy a entrar a valorar esta cuestión porque allá cada cual con sus alegrías y tristezas, pero eso no quita para que mi intuición me diga que "haberlos haylos".

Eso, que lo se, y seguro que los altos estamentos (los inoperantes e ineficaces) no son soncientes de ello, los culpables de la decadencia del sistema y de la pérdida de valores y de fuerza de trabajo (la mejor preparada de la historia), todos aquellos actores principales de este tiempo de crisis ... esos que no pierden el tiempo en echar un vistazo hacia abajo y observar la vida de la base de la pirámide, para ellos sólo somos números y no se preocupan lo más mínimo.

Para ellos tener asegurado su lugar en la lista Forbes es su máxima y única prioridad, ellos no leen mi blog pero en el fondo se alegran de que exista otro más que mente a sus familiares mientras ve como los días se arrastran uno tras otro en busca de un premio que creen (erroneamente) que se merecen; nosotros, la plebe, hemos cumplido nuestra parte del compromiso, nos hemos formado y hemos empleado tiempo y fuerzas en intentar ser alguien, sin grandes aspiraciones, las justas para poder vivir .... ellos, quienes nos miran por encima del hombro cuando nos cruzamos por la calle son los que han incumplido la suya, y ahora se regocijan en nuestras demandas, se limpian el culo con ellas.

Todo esto con la complicidad de los cuatrañeros (aquellos que nos recuerdan sólo cada cuatro años y después se dedican a rapiñar), esos tampoco leen mi blog y no se preocupan en mis necesidades, pero a buen seguro que en el sorteo de ayudas y subvenciones hacen lo justo para impedir que salga mi nombre como agraciado .... que se metan esa ayuda en donde la espalda pierde su honroso nombre, lo que yo consiga o deje de conseguir será única y exclusivamente por mis medios.

Y con estos ingredientes es normal que me encuentre en un estado de pérdida de ánimos, de rayadas mentales varias y de tristeza generalizada.

Insisto, para regocijo de algunos.

Pero, de repente, interviene alguien en toda esta historia y me ofrece una nueva visión, una nueva luz, una nueva ilusión ... ahora quien se regocija soy yo, porque todos estos malvados actores no contaban con la astucia de mi complemento perfecto, y debo decir que en un principio yo tampoco y es ahora cuando me doy cuenta de la inmensa suerte que tengo al estar acompañado en esta parte del viaje por alguien que me ofrece la posibilidad de escucharme y hablarme, una razón más para estarte agradecido y seguir pensando en que vales mucho, mucho más de lo que tu misma piensas.

Te quiero.