HAY QUE DECIRLO MÁS

Ayer, después de haber quedado con un buen amigo para charlar de lo humano y de lo divino, al amparo de alguna que otra cerveza (tres, no vayan ustedes a pensar ...) volví a casa. Tras cambiarme de ropa y meterme en la cama, abrigado con unas buenas sábanas térmicas porque el frío arrecia, encendí la televisión mientras esperaba a que me ganara el sueño.

Tras pasearme sin mucho éxito por las diversas opciones de la magnífica programación que nuestra TDT (Tele De Tontos) nos ofrece en su horario nocturno, decidí quedarme en la recién comprada Cuatro que echaba un programa de REC, lo pillé ya bien empezado pero la temática estaba muy clara, la crisis de los cojones.

Las imágenes dramáticas se sucedían una tras otra, asi como las soluciones altruistas de una serie de personas y entidades que se ofrecían para paliar todo ese sufrimiento concentrado; embargos, penurias, caos, lágrimas ... y la única respuesta que se veía era esa, la ayuda de personas y entidades, nunca de un puto gobernante.

Tuve que apagar la televisión porque las imágenes lejos de acercarme a los brazos de Morfeo me alejaban, intente leer un ratuco, pero no, imposible concentrarse, asi que digamos que al final dormí por puro y simple cansancio.

Esta mañana al despertar la primera idea que se me ha venido a la cabeza ha sido la de imaginarme un buen día delante de alguno de esos nombrados putos gobernantes y decirle, sin aspavientos, con toda la tranquilidad del mundo:

"¿No se os cae la puta de vergüenza?."

Sólo eso, aunque el día ha transcurrido desde entonces y de nuevo el enfrentamiento con la realidad no hace sino agrandar el cabreo, y la ruta me ha llevado hasta este video:

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