CICERONNE DEBE MORIR

Llevo tiempo, mucho tiempo, hay quien diría que demasiado, con la idea de matar a Cicerón.

Su sola existencia es un lastre que, llegado a este punto, me arrastra hasta el fondo, y el abismo es negro, muy negro.

Sin embargo, para librarme de él, debo reconocer que todavía sufro los efectos de una histéresis magnética que le da vida, que le sustenta. Sólo cuando ésta desaparezca podré librarme de él.

Y nos dice la física que desaparece o bien en el tiempo o bien en el espacio, agrandándolo; y tiempo es lo único que no quiero perder, por tanto la solución es tan clara, tan obvia, que acojona su sencillez.

Buscaré fuerzas para llevarla a cabo.

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