ASUNTOS PENDIENTES

Siempre me ha resultado mucho más sencillo hablar que expresar, y por extensión, en estos tiempos tan convulsos, me ha resultado mucho más fácil escribir que transmitir. No es si no ahora, tan cerca del verdadero fondo, cuando caigo en la cuenta de que simplemente he escrito chorradas con las que intentaba caerme bien, autoconvencerme de que soy un machote y estoy hecho un tempano ... nada más lejos de la realidad.

No he dado ni un solo paso, he postergado muchos asuntos que requerían de un duro y constante trabajo, autoacomodado en la supuesta magia que hace que las cosas fluyan en la dirección que gusto de imaginar, en la realidad inventada que no es otra cosa que un bonito envoltorio para un paquete horrible y un peor regalo, lleno de mugre y podredumbre; eso es lo que he hecho y eso es lo que, si quiero sobrevivir, debo deshacer.

La rabia  y la ira, por una vida malgastada, por la inmensidad de pequeñas treguas en constante progresión, o regresión, siguen ahí, bien profundas, desde hace mucho tiempo, tan arraigadas que saben defenderse, ocultarse y engañarme. Si no las combato el camino hacia la autodestrucción va a seguir, me empujan a ello, disfrazadas de autocomplacencia y del eterno sentimiento de derrota ... para ganarlas hay que cambiar algo, hay que elegir algo, hay que decidir algo.

Y la primera elección creo que la tengo bastante clara: voy a dejar mi asociación, pero antes de lo que ya tenía pensado, hoy mismo, esta misma edición.

La segunda elección, decisión, ya vendrá, no se cual puede ser, pero si se que saldrá ella sola, cuando quiera.


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