REDES SOCIALES

Hace un par de días dejé mi cuenta de facebook en el limbo, ni desactivada ni eliminada, porque nunca se sabe qué puede pasar y qué puedo necesitar, simplemente está ahí, sin ningún tipo de actividad y sin posibilidad de que alguien pueda interactuar con ella, conmigo; consideré que era una buena opción de calmar los ánimos y dejar de darle vueltas a la quijotera. De igual manera el twitter tampoco lo utilizo desde entonces, aunque esto me preocupa menos toda vez que su función siempre fue muy distinta, y además tengo plan B.

Pero, de nuevo, una cosa es el mundo de los sueños y otro el de la vida real, esa en la que si te cortas un dedo sangras, y ayer se hizo necesario recurrir a la vieja escuela, a la de ver a la gente e interactuar, cara a cara. No me llevó más que un minuto pedir socorro y obtenerlo, después una larga charleta que me mantuvo bien ocupado durante unas cuantas horas, conté mis problemas y el miedo que se me ha despertado y obtuve consuelo y distracción por parte de los viejos amigos, los de hace muchos años.

Es cierto que eso de las redes sociales son un buen sustitutivo en según que situaciones, pero en casos como el que me ocupa no pueden si no ser un placebo, una mentira en definitiva, nadie me ha preguntado, nadie se ha extrañado y nadie me ha entendido, por tanto creo que ha sido la mejor elección que pude hacer, un poco en caliente, pero acertada al fin y al cabo ... un pequeño paso para el hombre.

Me ha venido tan bien recurrir a los métodos tradicionales que esta noche he dormido, poco, pero algo es algo ... segundo gran paso para el hombre.

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