CRI SIS

John Fitzgerald Kennedy solía hacer en sus discursos (lógicamente antes de que se lo cepillaran por la vía rápida) una traducción literal de la palabra china "weiji" que traducida al castellano significaría "crisis", y la dividía en dos:

- wei: peligro
- ji: oportunidad

Es decir, que para los chinos una crisis trae consigo tanto peligro como oportunidad, y aunque esta sería una reducción bastante simple, me gusta como queda. Ahora es simple cuestión de coger la parte que más nos interese.

Si apostamos por el peligro todos sabemos lo que podemos encontrarnos: una ostia tan grande como la que actualmente vivimos. En cambio, si lo hacemos por la oportunidad el premio puede ser de lo más suculento, mas para hacerlo de manera fehaciente debemos afrontar gran parte de los miedos que persiguen nuestra querida forma de vida occidental, la imperiosa necesidad de hacernos ricos en el más corto plazo de tiempo posible.

Sólo si somos capaces de apostar a la mayor por el cambio podemos ser capaces de haber ganado algo en este tiempo convulso que nos ha tocado vivir, dicho de una manera más actual vendrían de perlas las palabras de Marc Vidal:
En esta nueva era, en este nuevo ecosistema plagado de ideas, en ese nuevo mar en el que deberemos navegar, los que antes entiendan que deben impulsarse con vientos desconocidos, los que sepan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras, esos sobrevivirán, crecerán y serán mucho más felices. Los que escuchen a sus mandatarios, a esos dirigentes aparentemente perdidos, a esos que cambian sus previsiones una y otra vez, los que esperen de ellos que les ayuden a sobrevolar este momento crucial de la historia sufrirán mucho más. No es momento de subsidios sino de purgas, no es momento de alargar agonías sino de amputar aquello que está podrido. El sistema es demasiado duro y robusto como para permitir un parto sin dolor, pero el sistema no es inmune. El momento está cerca y me ilusiona enormemente que así sea. Deseo un mundo mejor para mi hijo, mejor que este. La oportunidad está diez metros de nuestra propia existencia, algunos ya hemos empezado a caminar hacia ella, otros lo harán pronto, al final todos.
Me gusta ese planteamiento, y como poca cosa tengo que perder me lanzo a buscar ese viento nuevo. Empecé a hacerlo de manera tímida y desde hoy lo hago con fuerza y vigor, porque los tiempos grises los daré por finalizados ... duelo y melancolía superadas.

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