CONTRA CORRIENTE

Ahora, que me toca pensar en cómo establecer una nueva rutina, me doy perfecta cuenta de que el barco ha seguido navegando mientras yo me caí por la borda mucho tiempo atrás; seguro que ya llegó a buen puerto o está a punto de hacerlo y el escriba procrastinador no ha hecho otra cosa que luchar contra las olas, las mareas, las corrientes y los temporales.

Por fortuna he encontrado que allá, no tan lejos como creía, hay un faro, o quizá sea una hoguera, un simple destello, y me ha mostrado el camino, ahora mis brazadas tienen un objetivo y cuando llegue a tierra firme veré que el barco siguió su singladura, por las aguas que le tocaba navegar.

Yo, en mi nuevo destino, tendré mi propio camino por andar, sobreviví al abismo, sobreviví a la certeza del final, abrí los ojos y vi, y he vuelto, fuerte, sabio, sin lastres.


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