LA CIUDAD ESTÁ ENFERMA

Debería haber reconocido antes los síntomas, no es que uno sea doctor en medicina o similar, eso se lo dejo a mi Grialita, pero si que me considero un doctor en habitat, en convivencia, en sociedad, vamos como todo el mundo o una inmensa mayoría (permitidme ser un estúpido optimista); digo que debería haberme dado cuenta antes de la enfermedad que padece esta ciudad, pero la evolución ha sido tan exponencial que hasta hoy no he sabido reconocer la enfermedad.

Empezó con la aparición de pedazos de cemento de forma circular en cada cruce más o menos grande y transitado por los coches, eso que vulgarmente se conoce como glorietas. Digamos que la relación "habitantes por glorieta" de Santander debe ser una de las más elevadas de España, y no contentos con ponerlas cada dos por tres las reorganizan porque se han dado cuenta de que la han cagado miserablemente. Se supone que son para agilizar el tráfico eliminando los semáforos de los antiguos cruces, pero han sido tan imbéciles que han vuelto a colocar los semáforos a la salida de las mismas para que los pobres peatones puedan cruzar, con lo que las aglomeraciones de tráfico siguen siendo iguales o peores ... con lo sencillo que sería haber hecho pasos elevados o subterráneos para los peatones en la fase de ejecución ... en fin.

El siguiente paso fue la remodelación del transporte público, de manera que ahora muchos barrios de la periferia se ven asistidos por autobuses ... pero todas las líneas pasan por el centro con lo que lo único que se consigue es congestionarlo mucho más aún. Si antes cuando apenas teníamos 7 líneas ya era un puto caos imaginaos ahora con 17 líneas ... y el número de licencias de taxi que sigue igual ... te cagas. Con lo sencillo que sería instaurar un sistema de transbordo eficaz y ahorrarte el que todas y cada una de las líneas tengan que pasar por el Ayuntamiento ... en fin.

Y por último, y lo más preocupante de todo, a la ciudad le están saliendo bultos, como si de un cáncer se tratara, se han multiplicado en las últimas semanas. Limitadores de velocidad, resaltos, badenes, podeis llamrles como querais, incluso me acabo de enterar buscando por la red, que el nombre "tésnico" es lomos de burro, pero indudablemente sabeis a lo que me refiero a poca dura que tengais la suspensión de vuestro cohe, esos inventos infernales que te descojonan los amortiguadores como vayas un poco rápido. Güensuputamadre!!!!

En las áreas que hay colegios, incluso en una ciudad pequeña como Santander os podeis imaginar que hay bastantes, los han taladrado al asfalto para que la peña no corra. Vale, la idea como fondo es cojonuda, pero para mi en concreto que odio pisar el acelerador y estoy enamorado de mis amortiguadores, es una grandísima putada. Joder, que esto se arregla muy bien poniendo más vigilancia y al que la líe ¡¡zas!! multazo de cojones, pero que no tengamos que pagar (nunca mejor dicho) todos por cuatro hijos de puta que le pisan sin importarle nada ni nadie.

En mi barrio, que nunca ha tenido ningún problema en el colegio, han calzado dos, un poco más adelante otros dos en el Instituto, otros dos en el Complejo, total que en menos de un kilómetro me veo obligado a pegar tres frenazos de ida y tres de vuelta y rezar porque el de atrás no venga muy lanzado. En la bajada (o subida) de Adarzo otro más, en los Castros me han dicho que tres cuartos de lo mismo, en Peñacastillo los he visto hoy, no menos de cuatro ... y suma y sigue. Mi querido Ayuntamiento apostando por la solución más sencilla, joder a todo el mundo y aprovechar para lavarse las manos .... espera, que se me acaba de ocurrir que igual ha firmado un convenio con los talleres mecánicos, no, si en el fondo tontos no son, un poco vagos y cortos de ideas puede, pero tontos ni de coña ... en fin.

Os dejo, que ya me he quejado bastante por hoy, y me quedo esperando a ver si el teléfono suena de una vez, que me estoy desesperando :-)

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