Hoy voy a hablar de un tema que me tiene especialmente indignado, cabreado y mosqueado, no, tranquilos, no voy a referirme a la televisión. Es algo que me atañe personalmente y me tiene en un sinvivir rayando en el hastío más profundo.
Desde que se me acabó el anterior contrato de obra voy mirando oferta tras oferta y web tras web para encontrar algo en lo que pueda ganarme la vida con mi título de Técnico Superior en Prevención de Riesgos Profesionales, que no conviene confundir con Prevención de Riesgos Laborales, si bien es lo mismo, esa palabra final hace que mi grado dentro del campo de la prevención sea el intermedio, toda vez que los técnicos superiores "laborales" son los que hacen el master, es decir, tienen titulación universitaria y pueden acceder a ese escalón que a mi, por obra y gracia de las diversas reformas educativas, me está denegado (y de esto hablaremos en breve).
Ciertamente podría haber estudiado una carrera superior, de hecho en su día empecé Ingeniería pero rápidamente me di cuenta de que aquello no era para mi, no tenía la "acción" necesaria e indispensable para desarrollar una vida laboral más o menos atractiva. En su momento (1995-96) opté por estudiar un grado medio de la recién reformada Formación Profesional.
Se suponía y se supone que con estas reformas la FP iba a dejar de tener ese caracter peyorativo que arrastraba desde tiempos inmemoriales: sólo servía para que "palurdos" sin neuronas tuvieran un acceso al mundo laboral con la categoría de curritos explotables.
Una nueva reforma me ha cogido con este último peldaño de mi formación académica, dos años de dura preparación con la suma de 2000 horas de estudio y prácticas en empresa, tuve la suerte de hacer esto último en un lugar donde aprendí una barbaridad de trucos y desempeños, fue mi apuesta personal toda vez que quienes se suponía iban a orientarme (profesores y tutores) no querían que fuera allí y si a otros sitios más "lucrativos" con la idea de apoyar el recién nacido Centro Integrado de F.P.
Y ahora me encuentro con que la situación apenas ha cambiado en estos años, las empresas siguen pensando que los de F.P. no somos más que garrulos sin conocimiento alguno, aquellos destinados a hacernos valer en el competitivo mundo laboral frente a quienes si tienen ese título superior + master/s (diferencia puramente económica) no saben o no quieren hacerlo, quizá porque ni ellos mismos creen en quienes han sido sus alumnos ....
Una serie de catastróficas desdichas que me llevan, una vez más, a ver pasar la vida desde mi silla frente a una pantalla de ordenador con la ilusión de encontrar, otra vez, algún lugar en el que pueda llevar a cabo mi objetivo laboral.
Pero no las tengo conmigo, la obsesión por el título es absurda y universal, y más aún en este norte tan querido ... y a la vez tan odiado.
Si te ha gustado lo escrito, si no te ha gustado, si eres indiferente .... da igual, te pido que pinches en la publicidad, piensa en mis vicios confesables y que para poderlos mantener tengo que escribir este blog, ¡¡dame algo payo!!.
Desde que se me acabó el anterior contrato de obra voy mirando oferta tras oferta y web tras web para encontrar algo en lo que pueda ganarme la vida con mi título de Técnico Superior en Prevención de Riesgos Profesionales, que no conviene confundir con Prevención de Riesgos Laborales, si bien es lo mismo, esa palabra final hace que mi grado dentro del campo de la prevención sea el intermedio, toda vez que los técnicos superiores "laborales" son los que hacen el master, es decir, tienen titulación universitaria y pueden acceder a ese escalón que a mi, por obra y gracia de las diversas reformas educativas, me está denegado (y de esto hablaremos en breve).
Ciertamente podría haber estudiado una carrera superior, de hecho en su día empecé Ingeniería pero rápidamente me di cuenta de que aquello no era para mi, no tenía la "acción" necesaria e indispensable para desarrollar una vida laboral más o menos atractiva. En su momento (1995-96) opté por estudiar un grado medio de la recién reformada Formación Profesional.
Se suponía y se supone que con estas reformas la FP iba a dejar de tener ese caracter peyorativo que arrastraba desde tiempos inmemoriales: sólo servía para que "palurdos" sin neuronas tuvieran un acceso al mundo laboral con la categoría de curritos explotables.
Una nueva reforma me ha cogido con este último peldaño de mi formación académica, dos años de dura preparación con la suma de 2000 horas de estudio y prácticas en empresa, tuve la suerte de hacer esto último en un lugar donde aprendí una barbaridad de trucos y desempeños, fue mi apuesta personal toda vez que quienes se suponía iban a orientarme (profesores y tutores) no querían que fuera allí y si a otros sitios más "lucrativos" con la idea de apoyar el recién nacido Centro Integrado de F.P.
Y ahora me encuentro con que la situación apenas ha cambiado en estos años, las empresas siguen pensando que los de F.P. no somos más que garrulos sin conocimiento alguno, aquellos destinados a hacernos valer en el competitivo mundo laboral frente a quienes si tienen ese título superior + master/s (diferencia puramente económica) no saben o no quieren hacerlo, quizá porque ni ellos mismos creen en quienes han sido sus alumnos ....
Una serie de catastróficas desdichas que me llevan, una vez más, a ver pasar la vida desde mi silla frente a una pantalla de ordenador con la ilusión de encontrar, otra vez, algún lugar en el que pueda llevar a cabo mi objetivo laboral.
Pero no las tengo conmigo, la obsesión por el título es absurda y universal, y más aún en este norte tan querido ... y a la vez tan odiado.
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