Hace un par de sábados, en medio de un festival folk (¿dónde si no?), me encontré con unos buenos amigos que venían desde Madrid y a los que hacía años que no veía.
Entre bromas y diretes me echaron en cara que no presentara a mi acompañante, a lo cual, también entre cachondeo no di mucha importancia; me empezaron a meter caña, en especial ellas jejeje, siempre desde el buen rollo no vayan ustedes a creer que me rodeo de gente infame. El caso es que a cada broma y puya yo respondía con otra, como siempre, pero en un momento dado mi respuesta a una nueva chanza fue tan simple como efectiva: "¿y?".
Me acababan de llamar "mala persona" por no haber hecho esto o lo otro, y mi respuesta fue tan extraña para ellos que les dejé fuera de lugar, sin posibilidad de contraataque ...
La situación no era como para recordar, he estado en infinidad de escenas como esta, pero su remate final si que fue algo nuevo para mi, y al echarme a dormir me volvió a la mente ese momento, y he pensado bastante en ella y he llegado a la conclusión del enorme poder que explotó en ese momento y lugar.
Lo he bautizado como el poder de la ignorancia, y no tanto por la estupidez que subyace en él, sino por la necesidad de muchas veces ignorar a quienes tratan de sacarnos de nuestras casillas; ahora tengo una nueva forma de responder a mis inframundos, en las que ahondaré poco a poco. El poder de ignorar a quien te está tocando los cojones, el poder de ignorar lo que demandan tus instintos o tus habilidades y necesidades innatas y adquiridas .... uffffff, es un mundo enorme que se ha abierto ante mis ojos y que debo entrenar.
PD: y si, es algo muy personal, vuelvo al ataquerrrrrrrrrr :-)
Entre bromas y diretes me echaron en cara que no presentara a mi acompañante, a lo cual, también entre cachondeo no di mucha importancia; me empezaron a meter caña, en especial ellas jejeje, siempre desde el buen rollo no vayan ustedes a creer que me rodeo de gente infame. El caso es que a cada broma y puya yo respondía con otra, como siempre, pero en un momento dado mi respuesta a una nueva chanza fue tan simple como efectiva: "¿y?".
Me acababan de llamar "mala persona" por no haber hecho esto o lo otro, y mi respuesta fue tan extraña para ellos que les dejé fuera de lugar, sin posibilidad de contraataque ...
La situación no era como para recordar, he estado en infinidad de escenas como esta, pero su remate final si que fue algo nuevo para mi, y al echarme a dormir me volvió a la mente ese momento, y he pensado bastante en ella y he llegado a la conclusión del enorme poder que explotó en ese momento y lugar.
Lo he bautizado como el poder de la ignorancia, y no tanto por la estupidez que subyace en él, sino por la necesidad de muchas veces ignorar a quienes tratan de sacarnos de nuestras casillas; ahora tengo una nueva forma de responder a mis inframundos, en las que ahondaré poco a poco. El poder de ignorar a quien te está tocando los cojones, el poder de ignorar lo que demandan tus instintos o tus habilidades y necesidades innatas y adquiridas .... uffffff, es un mundo enorme que se ha abierto ante mis ojos y que debo entrenar.
PD: y si, es algo muy personal, vuelvo al ataquerrrrrrrrrr :-)