Y VAN DOS

Segundo jueves que me levanto con el cuerpo agotado pero la mente revitalizada. Ayer tuve la inmensa suerte de participar en una de las mejores sesiones folk de los últimos tiempos donde contamos con la presencia de un auténtico virtuoso del whistle, un elemento de nombre Rodrigo acompañado por un viejo conocido nuestro, Gus, ambos vinieron desde León y dejaron bien claro dos cosas:

- que la música no entiende de fronteras
- que son unos genios

Como invitados no tuvieron ningún reparo en acoplarse a nuestro "habitual" repertorio donde P. "Moloney" manda y ordena a su antojo, pues no en vano es el "chieftain" de la sesión del miércoles, pero pronto les tocó el turno a ellos, de tocar a su albedrío, como siempre que viene alguien a visitarnos debe demostrar que está a la altura de tal honor, tocar con nosotros no es algo que pueda hacer todo el mundo (modestooooooooooo ande estas???????), pues bien, estos elementos no sólo demostraron estar a la altura de las circunstancias sino que nos dejaron en el más alarmante de los ridículos.

La palabra sería IMPACTANTe, jamás he visto tal dominio de un instrumento, al más puro estilo John Coltrane con su saxo, Rodrigo sacaba notas de donde no las había, sonidos inventados que casaban con todo, improvisaciones in-situ que ponían los pelos de punta, y además incansable, si el miércoles pasado estuvimos más de 20 minutos seguidos, con este pavo el record está ahora mismo inalcanzable, más de media hora seguida sin descanso pero no sólo de reels, sino también incluía jigas a doble tiempo, hornpipes acelerados y muchísimos cambios de escala y todo sin despeinarse, el bueno de Gus le seguía marcando el ritmo y el cromatismo y nuestros guitarristas habituales tomaban buena nota de como hacer sonar doce cuerdas (si, con una guitarra de 12, te cagas) y no morir en el intento, P. Moloney poco más podía hacer que grabar en video y entender que aún le queda camino; la suerte que tuve yo que con ellos no venía ningún percusionista y me defendí como pude bien ayudado por S. y su cajón, nos íbamos turnando pues el tío no paraba, y para acabar antes de la merecidísma ovación (por más que segyún él no era para tanto) compaginamos al unísono mi bodhran (y mi pobrecita muñeca machacada) con sus escobillas el cajón, creo que nos quedó bien aunque quienes se lo merecían todo eran indiscutiblemente Rodrigo y Gus, ojalá tenga la suerte de volver a tocar con ellos.

Para despedirse nos regalaron un slow delicioso con low-whistle y guitarra que nos dejó petrificados ya que antes de acabar volvió a salir la vena jazz que recorre sus cuerpos, sencillamente geniales.

El día trajo más sorpresas pues entre el público ví a tres personas que hacía muchísimo que no venía, mi amiga S. que regresó desde Zaragoza para volver a vivir entre nosotros, N. a la que hacía más de dos años que no veía (y la jodía me debe aún un disco jajajajaja) y por supuesto el mítico Zalo, el jarripoter del violín, un elemento de esos que hacen que la vida merezca la pena pues con su presencia el buen rollo y las risas estan garantizadas.

Un buen día el de ayer, sin duda, y el joputa de Augusto con la cabrona de Adela no pueden enturbiar con sus taladros y martillazos todo lo que viví ayer en el Naroba.

PD: aviso a mavegantes, desde el domingo hasta el jueves dicho local permanecerá cerrado por obras, lo cual nos deja sin lugar de sesión para la semana que viene .... ¿o quizá no? :-)

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