Habrá, seguramente, quien a estas alturas del partido haya pensado sobre mí que tengo poco estilo, que soy excesivamente drástico o incluso que tengo el saber estar de una patada en los cojones, como siempre los pensamientos de la gente hacia mi persona y hacia mis acciones es algo por lo que no pierdo el sueño, sobre todo si esos pensamientos se quedan encerrados.
Muchas veces ensayo diálogos mentalmente, preparándome hacia las posibles respuestas de la gente, intentando predecir comportamientos, esto es un método de defensa totalmente legítimo y que, además, estimula la imaginación y la intuición; muchas de las ocasiones en que llevo a cabo las cosas que tengo que hacer, ese diálogo ni siquiera se produce, las reacciones son asépticas y nada ocurre como había previsto, pero eso, lejos de hacerme pensar que debo cambiar de táctica, me lleva a seguir adelante por el mismo camino trazado, ya que, la falta de respuesta o la nimiedad de la misma es la predicción más patológicamente previsible y con la que ni siquiera pierdo un minuto.
Pero, lo más desolador, es que parece que nadie recuerda una de mis máximas, la que me ha llevado a sentirme orgulloso de mi mismo, y la que me permite levantarme todas las mañanas. Son tres palabras, una idea muy simple para recordar y que os recomiendo que ejerciteis: "NO ES NO". Vivir asertivamente es un camino muy complejo, lleno de trabas y baches, pero eso es sólo al principio, cuando llevas unos cuantos kilómetros se convierte en pura rutina, tu caracter ya está entrenado y reacciona instintivamente, las decisiones que se toman son tan convincentes y llenas de fuerza que, aunque nadie crea en ti y en tu poder de acción, el sólo hecho de hacerlo tú mismo te sirve de retroalimentación, el feedback necesario en toda comunicación.
Por eso, el no obtener la respuesta deseada o imaginada, o incluso percibir pensamientos de que mi proceder es un tanto infantil, una rabieta de niño, no es algo en lo que vaya a perder mucho tiempo, si acaso lo justo para darle forma y llegar a escribir sobre ello.
Vivo feliz, por si a alguien le interesa, sólo estoy en proceso de mejora :-)
Muchas veces ensayo diálogos mentalmente, preparándome hacia las posibles respuestas de la gente, intentando predecir comportamientos, esto es un método de defensa totalmente legítimo y que, además, estimula la imaginación y la intuición; muchas de las ocasiones en que llevo a cabo las cosas que tengo que hacer, ese diálogo ni siquiera se produce, las reacciones son asépticas y nada ocurre como había previsto, pero eso, lejos de hacerme pensar que debo cambiar de táctica, me lleva a seguir adelante por el mismo camino trazado, ya que, la falta de respuesta o la nimiedad de la misma es la predicción más patológicamente previsible y con la que ni siquiera pierdo un minuto.
Pero, lo más desolador, es que parece que nadie recuerda una de mis máximas, la que me ha llevado a sentirme orgulloso de mi mismo, y la que me permite levantarme todas las mañanas. Son tres palabras, una idea muy simple para recordar y que os recomiendo que ejerciteis: "NO ES NO". Vivir asertivamente es un camino muy complejo, lleno de trabas y baches, pero eso es sólo al principio, cuando llevas unos cuantos kilómetros se convierte en pura rutina, tu caracter ya está entrenado y reacciona instintivamente, las decisiones que se toman son tan convincentes y llenas de fuerza que, aunque nadie crea en ti y en tu poder de acción, el sólo hecho de hacerlo tú mismo te sirve de retroalimentación, el feedback necesario en toda comunicación.
Por eso, el no obtener la respuesta deseada o imaginada, o incluso percibir pensamientos de que mi proceder es un tanto infantil, una rabieta de niño, no es algo en lo que vaya a perder mucho tiempo, si acaso lo justo para darle forma y llegar a escribir sobre ello.
Vivo feliz, por si a alguien le interesa, sólo estoy en proceso de mejora :-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario