El fin de semana ha sido larguísimo, agradable, agotador y con unos homenajes gastronómico-etílicos que deberían ser la envidia de cualquier adicto a las recomendaciones de la guía michelín, sobre todo al comparar precios y calidad. Hasta aquí lo deseable y lo previsible.
Lo malo comienza hoy, la vuelta al curro, si siempre es dura, hoy lo ha sido con un multiplicador tendiente hacia el infinito. Nada más llegar a portería a recoger mi acreditación han empezado los problemas. Siempre he tenido mucho aguante, siempre me he visto como una olla a presión con la tapa abierta, pero hoy no se muy bien porqué, la tapa estaba cerrada y la presión ha ido aumentando.
El cúmulo de ostias recibidas en tan corto espacio de tiempo, sumado al agotamiento por haber dormido menos de cinco horas, me han desencajado, me han desequilibrado y mi capacidad de reacción, otrora acompañada de lenguaje, no han podido hacer más que llevarme al desenlace más previsible ... incluso mediar en un principio de bronca física.
Si, lo noto desde hace unos meses, algo ha cambiado ... la llegada del preboste inflado cual elefante en una cacharería no ha servido más que para comprobar el buen funcionamiento de la válcula de seguridad de la olla a presión que había en mí. Una barra rígida de polipropileno que había cerca de mi ha estallado contra un banco de trabajo mientras mi boca pronunciaba unas palabras desconocidas: "como no te calles la puta boca te reviento la cabeza .... ¡cagondios!".
Ha sido una explosión tan brutal y tan cargada de odio que ahora me asusta, pero allí me alivió ... bueno y el que me agarraran, me quitaran la barra e invitaran al gordo a irse.
Fue al filo de la comida, que hoy me ha sentado como la mierda, media hora después de llegar de nuevo al tajo se ha ido por el retrete. Y ha sido en ese momento cuando llegó el relevo.
Soy el recurso preventivo de la obra, el hecho de haber asumido otras funciones para ayudar a finalizarla cuanto antes no debe dar pié a nadie, ni a dios ni a la puta madre que los haya parido a faltarme al respeto y creo que hoy ha quedado constacia de ello, y sin embargo no me encuentro feliz de haber tenido que utilizar esta acción. Joder, como he cambiado.
Hoy en mi radio online no puede sonar más que rock agresivo y brutal. Cómo diría Steve McCrosky: "elegí mal día para dejar de esnifar pegamento".
Y mi intuición me avisa de que en mi horizonte barrunta la tormenta, me debo empezar a preparar para cuando llegue.
Lo malo comienza hoy, la vuelta al curro, si siempre es dura, hoy lo ha sido con un multiplicador tendiente hacia el infinito. Nada más llegar a portería a recoger mi acreditación han empezado los problemas. Siempre he tenido mucho aguante, siempre me he visto como una olla a presión con la tapa abierta, pero hoy no se muy bien porqué, la tapa estaba cerrada y la presión ha ido aumentando.
El cúmulo de ostias recibidas en tan corto espacio de tiempo, sumado al agotamiento por haber dormido menos de cinco horas, me han desencajado, me han desequilibrado y mi capacidad de reacción, otrora acompañada de lenguaje, no han podido hacer más que llevarme al desenlace más previsible ... incluso mediar en un principio de bronca física.
Si, lo noto desde hace unos meses, algo ha cambiado ... la llegada del preboste inflado cual elefante en una cacharería no ha servido más que para comprobar el buen funcionamiento de la válcula de seguridad de la olla a presión que había en mí. Una barra rígida de polipropileno que había cerca de mi ha estallado contra un banco de trabajo mientras mi boca pronunciaba unas palabras desconocidas: "como no te calles la puta boca te reviento la cabeza .... ¡cagondios!".
Ha sido una explosión tan brutal y tan cargada de odio que ahora me asusta, pero allí me alivió ... bueno y el que me agarraran, me quitaran la barra e invitaran al gordo a irse.
Fue al filo de la comida, que hoy me ha sentado como la mierda, media hora después de llegar de nuevo al tajo se ha ido por el retrete. Y ha sido en ese momento cuando llegó el relevo.
Soy el recurso preventivo de la obra, el hecho de haber asumido otras funciones para ayudar a finalizarla cuanto antes no debe dar pié a nadie, ni a dios ni a la puta madre que los haya parido a faltarme al respeto y creo que hoy ha quedado constacia de ello, y sin embargo no me encuentro feliz de haber tenido que utilizar esta acción. Joder, como he cambiado.
Hoy en mi radio online no puede sonar más que rock agresivo y brutal. Cómo diría Steve McCrosky: "elegí mal día para dejar de esnifar pegamento".
Y mi intuición me avisa de que en mi horizonte barrunta la tormenta, me debo empezar a preparar para cuando llegue.
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