Hoy el cuerpo y la razón me piden tener un poco de luz en la vida, una chispa de esperanza en que esto tiene que cambiar, que veo como en Túnez y en Egipto el pueblo sale a la calle y no dejo de pensar en que lo mismo puede suceder aquí, que pequeños conatos de lucha se ven a diario, pantomimas en su mayoría, pero ¿por qué no?, pueden ser el preludio de que la cosa puede ir a mejor.
Históricamente España ha sido un pais de aguante, de aquí no pasa nada ... hasta que pasa. El Motín de Esquilache en 1766 puede ser una buena referencia.
La Historia nos cuenta que aquellos años fueron muy duros para el pueblo, subidas de precios de los alimentos, resquemor por las reformas políticas y económicas que introducían los consejeros del rey Carlos III (en su mayoría foráneos y desconocedores de las costumbres locales), aumento de la criminalidad, etc... pero la vida seguía, dura, pero adelante.
Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache y ministro de Hacienda de la época fue el causante de que como consecuencia de un paso mal dado la situación acabara en un reguero de sangre, el pueblo tenía hambre pero fue la publicación de un bando en el que se prohibía el uso de la capa larga y el chambergo con la excusa de que no se pudieran esconder armas (fruto de la alta criminalidad reinante) el detonante de una rebelión por parte de las masas. Una chorrada que sirvió de detonante y alivio a la situación, destituciones de consejeros, unos cuantos muertos y una llamada de atención por parte del pueblo hacia sus dirigentes, en una época en estos no se andaban por las ramas en cuanto a represión se refiere.
Esto fue así, y así siguió en el futuro, los españoles aguantan y aguantan, pero sirve cualquier pretexto, la más imbécil de las medidas adoptadas para que surja el levantamiento; actualmente estamos adormilados y aborregados, pero la válvula de seguridad de la olla a presión está a punto de joderse, sin esta válvula la olla reventará.
Hoy, 27 de enero de 2011, hay huelgas generales en las comunidades que tienen la suerte de disponer de sindicatos con caracter, alejados de los amiguismos de ceceoo y ugete para con los sociolistos. Esto es, y aquí entra en juego mi esperanza, una pequeña prueba de que la situación, por fin, ¡ojalá!, puede cambiar.
Nos están dejando la calle para protestar, tomemosla, reivindiquemosla, siempre fue nuestra, volvamos a formar las barricadas ... estudiantes, vuestro es el futuro, os lo están poniendo negro, protestad, responded, apagad la televisión y salid a la calle a exigir lo que es vuestro.
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