Aquel endiablado "diez" se estaba cascando una jugada épica, el sólo se dribló a todo el equipo, acabó con toda la zaga, no había sistema defensivo capaz de frenarle, se acercaba irremisiblemente al área, dispuesto a meter un golazo de los que se recuerdan toda la vida.
Y mientras el portero, espectador de lujo de aquel jugadón se preparaba para encajarlo, le veía acercarse, vió como armó la pierna, como aplicó toda su fuerza en un chut imparable ... el estadio entero estaba ansioso por cantar gol y corear su nombre ... pero, de repente, el portero lo vió claro, sabía como detener aquel tiro, estiró su cuerpo, prolongó su brazo, parecía de plastilina, sabía que podía pararlo ... y el público y el 10 ya cantaban gol, cuando, la mano del portero alcanzó su objetivo, ¡lo había parado! .. en el estadio se oyó un sonoro ¡¡¡uyyyyyyyyy!!! ....
Y no solo eso, el balón quedo muerto, lo recogió, sacó en largo a uno de sus impresionados compañeros que con un pase facilitó la posición de su delantero que marcó el gol que les dió la victoria, todo el equipo corrió a felicitar y abrazar a su portero, en aquel día debutaba, era su primera parada y los nervios no le afectaron cuando hizo aquello para lo que había esperado toda vida.
La victoria, la copa, la alegria y la fiesta, todo lo que vino después eran a consecuencia de aquella, su primera parada.
PD: creo que mereció la pena perder dos o tres horas de sueño :-)
1 comentario:
Pooossssssss no me gusta nada el futbol :P ... era simplemente por salir de la rutina ;-)
Gracies, majas.
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