A veces da gusto ver como llega el lunes, sobre todo tras un fin de semana de tanto ajetreo y movimiento como este que acaba de terminar, y de paso es también el comienzo de la que previsiblemente será mi última semana de trabajo durante un tiempo, y es que, como bien se suele decir, las cosas empiezan, continúan y luego, tienen su fin ....
Pero de eso ya hablaremos en otro momento, sólo me he puesto a escribir para dejar constancia de las vicisitudes vividas en los antes citados días del fin de semana recién concluido.
Y comenzamos el viernes, que me tuve que desplazar hasta mi querido Solares, primero porque hacía mucho que no iba y segundo porque quería estar un ratillo con mi amigo Miguel, al que, lógicamente, llevaba el mismo tiempo sin ver .... un abrazo compañero del jevimetal.
Sin casi posibilidad de descanso llegamos al sábado, bien de mañana, porque mi sesera está acostumbrada a ese horario laboral, a las 9 y tras apenas seis horitas de sueño, ya tenía los ojos bien abiertos, pero merecía la pena porque tenía la celebración del nonagésimo segundo cumpleaños de mi güela ... Habíamos quedado en Loredo, al otro extremo de la bahía de Santander, localidad que atrae muchísmos turistas, playistas y veraneantes varios.
El sábado ha sido el que creo el mejor día de este verano en lo que a climatología se refiere, y por tanto Loredo estaba, literalmente, hasta el culo de gente y me tocó aparcar allá donde Cristo dió las tres voces ... la comida fue un poco ejem, más que nada porque olvidaron el hecho de mi alergia alimentaria y encargaron una paella ... me tocó hacer espera hasta tener un plato alternativo, bastante escaso y cutre, pero bueno, estaba con mi güela y el resto de la familia.
Más no hubo tiempo para mucha sobremesa, me esperaban en mi lugar de destino habitual en estos tiempos, si, ese que está a 173,2 kms. (en adelante lo llamaremos Gijón, porque ya tocaba decirlo) asi que nada, a viajar a pleno sol coincidiendo con el descenso del Sella, es decir, tráfico a mansalva y controles (aunque no en los lugares habituales).
Se llegó bastante bien, dentro de lo que cabe, y se procedió, como estaba estipulado a cumplir los requisitos que marca el protocolo de tan importante momento (único en cada historia de la vida de un hombre, es decir, que sólo pasa una vez por relación)), y después a cumplir las exigencias gastronómicas en plena Plaza Mayor, abarrotada, por supuesto.
Pero también hay una parte etílica que conviene llevar a cabo, pero en un grado menor del habitual, porque al día siguiente toca excursión turística .... a mediodía ya estábamos en nuestro primer destino, Avilés, que había que conocer de día, aprovechando los últimos rayos de sol que quedaban en el haber, después de comer (muy bien, por cierto) teníamos la segunda plaza que cubrir, y a buena hora fuimos porque Cudillero estaba abarrotado y costó un cojón y medio aparcar, lo que nos dejó el tiempo justo para ver la plaza del pueblo, tomar un refrigerio y salir casi pitando porque ya llegó la anunciada lluvia.
Un pequeño problema logístico nos llevó a tragarnos una gigantesca caravana-atasco de vuelta, lo que hizo que mi viaje de regreso a casa empezara a las diez de la noche, con lluvia, con algún imbécil besamatrículas (al cual, por cierto, estoy muy agradecido porque me reí conmigo mismo de las putaditas que le hice y chanzas que le lancé) ... total, que llegué a medianoche, cansado, con mucho sueño y con el tiempo justo para dejarme el desayuno preparado para hoy ... que por cierto va a ser uno de los días más difíciles de mi historia reciente, estoy sencillamente agotado y aún me quedan por lo menos siete horas por delante.
Pero conviene ir preparándose de cara al siguiente fin de semana, el primero de "vacaciones" y con el Sauga de compañero, casi nada ....
PD: como siempre, GRACIAS
PD2: ¿acabarán algún día las obras de la A-8?
Pero de eso ya hablaremos en otro momento, sólo me he puesto a escribir para dejar constancia de las vicisitudes vividas en los antes citados días del fin de semana recién concluido.
Y comenzamos el viernes, que me tuve que desplazar hasta mi querido Solares, primero porque hacía mucho que no iba y segundo porque quería estar un ratillo con mi amigo Miguel, al que, lógicamente, llevaba el mismo tiempo sin ver .... un abrazo compañero del jevimetal.
Sin casi posibilidad de descanso llegamos al sábado, bien de mañana, porque mi sesera está acostumbrada a ese horario laboral, a las 9 y tras apenas seis horitas de sueño, ya tenía los ojos bien abiertos, pero merecía la pena porque tenía la celebración del nonagésimo segundo cumpleaños de mi güela ... Habíamos quedado en Loredo, al otro extremo de la bahía de Santander, localidad que atrae muchísmos turistas, playistas y veraneantes varios.
El sábado ha sido el que creo el mejor día de este verano en lo que a climatología se refiere, y por tanto Loredo estaba, literalmente, hasta el culo de gente y me tocó aparcar allá donde Cristo dió las tres voces ... la comida fue un poco ejem, más que nada porque olvidaron el hecho de mi alergia alimentaria y encargaron una paella ... me tocó hacer espera hasta tener un plato alternativo, bastante escaso y cutre, pero bueno, estaba con mi güela y el resto de la familia.
Más no hubo tiempo para mucha sobremesa, me esperaban en mi lugar de destino habitual en estos tiempos, si, ese que está a 173,2 kms. (en adelante lo llamaremos Gijón, porque ya tocaba decirlo) asi que nada, a viajar a pleno sol coincidiendo con el descenso del Sella, es decir, tráfico a mansalva y controles (aunque no en los lugares habituales).
Se llegó bastante bien, dentro de lo que cabe, y se procedió, como estaba estipulado a cumplir los requisitos que marca el protocolo de tan importante momento (único en cada historia de la vida de un hombre, es decir, que sólo pasa una vez por relación)), y después a cumplir las exigencias gastronómicas en plena Plaza Mayor, abarrotada, por supuesto.
Pero también hay una parte etílica que conviene llevar a cabo, pero en un grado menor del habitual, porque al día siguiente toca excursión turística .... a mediodía ya estábamos en nuestro primer destino, Avilés, que había que conocer de día, aprovechando los últimos rayos de sol que quedaban en el haber, después de comer (muy bien, por cierto) teníamos la segunda plaza que cubrir, y a buena hora fuimos porque Cudillero estaba abarrotado y costó un cojón y medio aparcar, lo que nos dejó el tiempo justo para ver la plaza del pueblo, tomar un refrigerio y salir casi pitando porque ya llegó la anunciada lluvia.
Un pequeño problema logístico nos llevó a tragarnos una gigantesca caravana-atasco de vuelta, lo que hizo que mi viaje de regreso a casa empezara a las diez de la noche, con lluvia, con algún imbécil besamatrículas (al cual, por cierto, estoy muy agradecido porque me reí conmigo mismo de las putaditas que le hice y chanzas que le lancé) ... total, que llegué a medianoche, cansado, con mucho sueño y con el tiempo justo para dejarme el desayuno preparado para hoy ... que por cierto va a ser uno de los días más difíciles de mi historia reciente, estoy sencillamente agotado y aún me quedan por lo menos siete horas por delante.
Pero conviene ir preparándose de cara al siguiente fin de semana, el primero de "vacaciones" y con el Sauga de compañero, casi nada ....
PD: como siempre, GRACIAS
PD2: ¿acabarán algún día las obras de la A-8?
1 comentario:
en avilés? esto... y no habrían por ahí bestias acechando vuestra comida?? me parece raro que no comentaras nada.....
creo que le alegraste el finde a alguien más de lo que crees...
:)
m3
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