He querido que pasen unos cuantos días antes de hablar sobre ello, más que nada para tratar de evitar que el "calentón" del momento pudiera nublar mi capacidad de juicio y exclamar algún improperio del que más tarde pudiese arrepentirme.
A principios de este mes, el Naroba fue traspasado, su fundador y dueño estaba visiblemente quemado con el mundo hostelero y aunque llevaba mucho tiempo avisando nadie le creyó, hasta que se convirtió en realidad.
El primer miércoles de este mes nos presentamos allí, como siempre, con ánimo de echar unas tocatas irlandesas, y aunque en principio la nueva dirección no nos puso ninguna pega, se intuía que el cambio de dirección iba a traer consigo un cambio de orientación musical y social. Que nadie me prejuzgue (o que lo haga, no me importa), pero no veo yo a dos chicas sudamericanas disfrutando con música tradicional irlandesa ...
El caso es que el siguiente miércoles no hubo sesión y esta semana, al llegar, vimos la primera muestra que anuncia el fin de lo que han sido todos estos años de sesiones: una televisión y el partido de la final de la copa del rey.
Aunque apenas había clientela el sonido atronador de los comentaristas de telecirco hacía imposible el que desenfundáramos los instrumentos y simplemente comentamos la viabilidad de empezar a tocar en otro local; ningún intento por parte de los nuevos dueños de animarnos a tocar hizo que nos conformáramos con tomar una pinta de cerveza mientras desgranábamos otras posibilidades.
Al final, llegamos al acuerdo de esperar una semana más, es decir, otro miércoles, antes de tomar la decisión de finiquitar la era de las sesiones en el Naroba.
Hay locales, unos más lejos y otros más cerca, pero eso no quita la sensación de pena tras tantos años de llegar, charlar y tocar, sin que nadie nos pusiera ninguna pega, sin que nadie encendiera una televisión, sin que nadie nos dijera que igual hoy no podeis tocar ...
¿El final de una era?, me temo que si, pero esperaremos hasta el miércoles antes de escribir sobre ello.
A principios de este mes, el Naroba fue traspasado, su fundador y dueño estaba visiblemente quemado con el mundo hostelero y aunque llevaba mucho tiempo avisando nadie le creyó, hasta que se convirtió en realidad.
El primer miércoles de este mes nos presentamos allí, como siempre, con ánimo de echar unas tocatas irlandesas, y aunque en principio la nueva dirección no nos puso ninguna pega, se intuía que el cambio de dirección iba a traer consigo un cambio de orientación musical y social. Que nadie me prejuzgue (o que lo haga, no me importa), pero no veo yo a dos chicas sudamericanas disfrutando con música tradicional irlandesa ...
El caso es que el siguiente miércoles no hubo sesión y esta semana, al llegar, vimos la primera muestra que anuncia el fin de lo que han sido todos estos años de sesiones: una televisión y el partido de la final de la copa del rey.
Aunque apenas había clientela el sonido atronador de los comentaristas de telecirco hacía imposible el que desenfundáramos los instrumentos y simplemente comentamos la viabilidad de empezar a tocar en otro local; ningún intento por parte de los nuevos dueños de animarnos a tocar hizo que nos conformáramos con tomar una pinta de cerveza mientras desgranábamos otras posibilidades.
Al final, llegamos al acuerdo de esperar una semana más, es decir, otro miércoles, antes de tomar la decisión de finiquitar la era de las sesiones en el Naroba.
Hay locales, unos más lejos y otros más cerca, pero eso no quita la sensación de pena tras tantos años de llegar, charlar y tocar, sin que nadie nos pusiera ninguna pega, sin que nadie encendiera una televisión, sin que nadie nos dijera que igual hoy no podeis tocar ...
¿El final de una era?, me temo que si, pero esperaremos hasta el miércoles antes de escribir sobre ello.
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