A finales del año 2000 (otra historia del abuelete) me afilié a un sindicato, uno de los mayoritarios en el estado, el que empieza por vocal e ideológicamente apuesta más por el socialismo que por el comunismo. No es que yo tuviera mucha confianza en su trabajo como sindicato, pero estaba en un momento de tensión laboral y se hacía necesario tener el respaldo de un gabinete jurídico, hablé con un amiguete que ya estaba con ellos quien me comentó como estaban las cosas, y así fue como entré a formar parte de una asociación de trabajadores.
En su momento tuve que recurrir a ellos y me ayudaron, no una sino dos veces, pero ya digo que lo único que usaba era el departamento de derecho laboral, por ello les estoy bastante agradecido pero, que narices, para algo pagaba la cuota sindical, es decir, cumplían con su trabajo y punto.
Ahora estoy decidido a darme de baja, porque a la falta de ingresos le debo sumar el que he perdido la fé en ellos. Siempre ocurre que cuando se llega a una situación de poder, éste te corrompe de tal manera que pierdes los ideales que te llevaron a empezar la aventura, los sindicatos mayoritarios en este pais llevan mucho tiempo vendiendo a sus afiliados y simpatizantes, o al menos esa es la imagen que dan; se dice que la mujer del Cesar no sólo debe ser honesta, también debe parecerlo, y esto se puede aplicar a esos dos sindicatos, que actualmente parecen más preocupados en aumentar su número de representantes en las empresas que en utilizar dicha representación para conseguir mejorar las condicionesde trabajo.
Recuerdo una anécdota bastante explícita al caso: cuando trabajaba en el almacén de la cadena de supermercados, allá por el 2005, vi un papelillo del comité de empresa en el que exponían su mayor logro hasta la fecha, habían conseguido que las cajeras tuvieran derecho a un taburete (eso si, uno para todas jejeje), y eso fue una noche fría en la que me metieron en la cámara de fresco sin proporcionarme ropa de protección; hablé con un enlace y me vino a decir poco más o menos que me buscara la vida, a pesar de ser de mi mismo sindicato, vamos, que no le complicara la vida porque él estaba en su despachito con estufa jejeje.
Desde entonces hasta hoy, he perdido las ganas de contribuir económicamente con un sindicato así, que sólo quiere recibir subvenciones para organizar cursos y publicitarse en las elecciones sindicales de tal o cual empresa, a mayor número de representantes mayor cantidad subvencionada ... que no cuenten conmigo para engrosar sus filas, la semana que viene bajaré al centro a borrarme, a ver cuantas trabas me ponen, espero que no sea como las compañías telefónicas.
Eso si, sigo creyendo que un obrero debe estar sindicado, y creo tener ya una alternativa, con otras siglas, minoritario y que a día de hoy sabe dar caña, me informaré.
En su momento tuve que recurrir a ellos y me ayudaron, no una sino dos veces, pero ya digo que lo único que usaba era el departamento de derecho laboral, por ello les estoy bastante agradecido pero, que narices, para algo pagaba la cuota sindical, es decir, cumplían con su trabajo y punto.
Ahora estoy decidido a darme de baja, porque a la falta de ingresos le debo sumar el que he perdido la fé en ellos. Siempre ocurre que cuando se llega a una situación de poder, éste te corrompe de tal manera que pierdes los ideales que te llevaron a empezar la aventura, los sindicatos mayoritarios en este pais llevan mucho tiempo vendiendo a sus afiliados y simpatizantes, o al menos esa es la imagen que dan; se dice que la mujer del Cesar no sólo debe ser honesta, también debe parecerlo, y esto se puede aplicar a esos dos sindicatos, que actualmente parecen más preocupados en aumentar su número de representantes en las empresas que en utilizar dicha representación para conseguir mejorar las condicionesde trabajo.
Recuerdo una anécdota bastante explícita al caso: cuando trabajaba en el almacén de la cadena de supermercados, allá por el 2005, vi un papelillo del comité de empresa en el que exponían su mayor logro hasta la fecha, habían conseguido que las cajeras tuvieran derecho a un taburete (eso si, uno para todas jejeje), y eso fue una noche fría en la que me metieron en la cámara de fresco sin proporcionarme ropa de protección; hablé con un enlace y me vino a decir poco más o menos que me buscara la vida, a pesar de ser de mi mismo sindicato, vamos, que no le complicara la vida porque él estaba en su despachito con estufa jejeje.
Desde entonces hasta hoy, he perdido las ganas de contribuir económicamente con un sindicato así, que sólo quiere recibir subvenciones para organizar cursos y publicitarse en las elecciones sindicales de tal o cual empresa, a mayor número de representantes mayor cantidad subvencionada ... que no cuenten conmigo para engrosar sus filas, la semana que viene bajaré al centro a borrarme, a ver cuantas trabas me ponen, espero que no sea como las compañías telefónicas.
Eso si, sigo creyendo que un obrero debe estar sindicado, y creo tener ya una alternativa, con otras siglas, minoritario y que a día de hoy sabe dar caña, me informaré.
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