Fue mi regalo por acabar la EGB, mi padre orgulloso del sobresaliente que rezaba en mi Graduado Escolar, me preguntó que quería premio, lo tuve claro: ser socio del Racing.
En aquella época Mi Racing era un equipo ascensor, estaba un par de años en primera y bajaba a segunda, con el Cadiz, el Hércules, Las Palmas, y tantos otros, los grandes logros estaban reservados para los de siempre con la salvedad de aquellos primeros años 80 que trajeron a los vecinos vascos como grandes campeones. Yo era fiel a mi equipo, con Preciado, Quique Setién, Alan Campbell, Verón, Chiri, Pedro Alba, "Tuto" Sañudo ... un equipo de casa, con dos o tres extranjeros (ni os acordareis los más jóvenes, pero hubo un tiempo en que cada equipo sólo podía tener dos extranjeros y algún nacionalizado); lo dicho, un equipo modestísimo, lleno de coraje e ilusión que de vez en cuando daba la campanada.
Mi estreno fue en los viejos Campos de Sport del Sardinero, en la grada de juventudes, como tantos otros, donde mejor se vivían los partidos; allí vi a Maradona el día que nos ganaron 0-4, allí viví la granizada que obligó a Guruceta a suspender el partido con la boina calada ... y mientras, mirando por encima de preferencia oeste contemplaba como crecía el nuevo estadio.
Fue en 1988, llevaba yo tres o cuatro años de socio, decíamos adios al vetusto y frío estadio con un gran partido de despedida y el Racing en segunda tras la famosa liguilla de descenso el año que se amplió la primera a veinte equipos; algo olía a podrido en el futbol español. El Racing estrenaba nuevo estadio y lo disfrutaban los equipos de segunda, y poco a poco se fue consumando la debacle, se veía venir, a la tercera temporada lo hicimos tan rematadamente mal que acabamos en el pozo de la 2ªB.
Pero allí seguía yo, renovando mi carnet año tras año y viendo pasar al Amurrio, al Real Unión, al Marina de Luanco, uno tras otro caían y como no podía ser de otra manera acabamos en primera posición y a 2ª otra vez.
Estrenabamos los 90 con las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) se suponía que los clubes pasaban a funcionar como empresas y habría una inyección de dinero importante, pero Santander y Cantabria son diferentes y eso se notó años más tarde. Lo que interesa ahora es el deporte, y esa vuelta a 2ª trajo también la vuelta de grandes ilustres cántabros a su equipo de toda la vida (los vendimos y nos fuimos al pozo, nota mental). El Gran Capitán, Quique Setién, tomó las riendas en el centro del campo, distribuyendo goles y juego, se veía venir, el abismo al que caímos una vez estaba cerca de terminar, y fue así:
La segunda temporada en 2ª acabamos terceros, ello implicaba jugar la promoción, nos tocó contra un ilustre, el Español (por entonces con ñ), primer partido allí, impresionante el refuerzo de la segunda vuelta, Michel Pineda ... 0-1 ... la primera estaba mucho más cerca que nunca. El partido de vuelta fue un miércoles, se presagiaba el lleno absoluto por primera vez, y así fue. El partido fue ramplón, pero lleno de emoción, hasta que el árbitro pitó el final. Conseguido ¡¡¡SOMOS DE PRIMERA!!!. La ciudad fue una fiesta, baños en las fuentes, baños en las playas, bares invitando, llegué a casa a las siete y pico de la mañana con una borrachera indescriptible y al día siguiente lo primero que hice fue acercarme a las taquillas para solicitar la renovación, no podría ser de otra manera".
En primera y las televisiones privadas dando millonadas por los partidos, Jabo Irureta, Radchenko, Popov, Vicente Miera, el debut de Munitis en copa destrozando el cesped de su banda izquierda ... más dinero y más negocio, viajes a Bilbao, Salamanca, Valladolid, Sevilla ... las mágicas noches del 5-0 al Barça y el 3-1 al Madrid ... miles de recuerdos como el día que nos ganó el Athletic de Guerrero y me fui a celebrarlo con sus seguidores en hermandad y en justa correspondencia por la vez que ganamos allí con los goles de Radchenko y nos aplaudieron, ahí está lo bonito que tenía el futbol.
Pero eso se fue muriendo, los clubes eran empresas absolutas, los jugadores eran trabajadores, asalariados, no deportistas y cada vez más, fue el germen de lo que vemos hoy en día con jugadores más preocupados de lo que le aconseje su asesor de imagen o representante que de acercarse a los chavales y echarles una firma en la gorra, y todo eso lo empecé a ver, cambié de grada norte a preferencia este, a preferencia norte y acabé en la sur, más tranquila y amena ... y así hasta que nos convertimos en el rey del empate, en una temporada que estuvimos a punto de bajar los jugadores en el penultimo partido salieron descaradamente al 0-0 en casa, ¡mercenarios! fue el grito de aquella tarde de domingo, eso no es deporte, y esa no es manera de hacer afición, estaba aburrido del futbol.
Y así fue como en un 14 de mayo del año 2000 estuve por última vez en el estadio.
A la temporada siguiente bajaron a segunda, se veía venir, pero les duró poco (observese como he cambiado el sujeto, ya no me incluyo en el equipo), pero la ramplonería continuaba, el aburrimiento, el salvarse por los pelos, mas no era mi problema, yo estaba tranquilo en el bar o en casa y dejé de ver futbol, dejé a mi Racing en manos de empresarios, ya no me pertenecía.
Y hasta que el año pasado empecé a notar cierto gusanillo, se oía hablar nuevamente de él, se recuperaron antiguos jugadores (como en el pasado) y a punto estuvieron de meterse en zona europea. ¿Campanada?, lo dudo compañeros, lo vemos este año, la gente más ilusionada que nunca, las bufandas verdiblancas se llevan incluso por la calle sin que haya partido, se llena el estadio, se abarrotan los bares ... y es que van sextos a mitad de temporada y se han metido en cuartos de Copa, algo está pasando y algo se presagia, puede ser un increible año para el racinguismo.
¿Sacaré del arcón mi vieja y viajera bufanda?, lo dudo, pero en cierto modo sus victorias son también mías, aunque no sea el mismo Racing al que yo pertenecí (otro día os cuento como estuve a punto de entrar de verdad) no deja de ser el equipo de mi ciudad, de mi tierruca ... y que puede plantar ese nombre por Europa el año que viene.
En aquella época Mi Racing era un equipo ascensor, estaba un par de años en primera y bajaba a segunda, con el Cadiz, el Hércules, Las Palmas, y tantos otros, los grandes logros estaban reservados para los de siempre con la salvedad de aquellos primeros años 80 que trajeron a los vecinos vascos como grandes campeones. Yo era fiel a mi equipo, con Preciado, Quique Setién, Alan Campbell, Verón, Chiri, Pedro Alba, "Tuto" Sañudo ... un equipo de casa, con dos o tres extranjeros (ni os acordareis los más jóvenes, pero hubo un tiempo en que cada equipo sólo podía tener dos extranjeros y algún nacionalizado); lo dicho, un equipo modestísimo, lleno de coraje e ilusión que de vez en cuando daba la campanada.
Mi estreno fue en los viejos Campos de Sport del Sardinero, en la grada de juventudes, como tantos otros, donde mejor se vivían los partidos; allí vi a Maradona el día que nos ganaron 0-4, allí viví la granizada que obligó a Guruceta a suspender el partido con la boina calada ... y mientras, mirando por encima de preferencia oeste contemplaba como crecía el nuevo estadio.
Fue en 1988, llevaba yo tres o cuatro años de socio, decíamos adios al vetusto y frío estadio con un gran partido de despedida y el Racing en segunda tras la famosa liguilla de descenso el año que se amplió la primera a veinte equipos; algo olía a podrido en el futbol español. El Racing estrenaba nuevo estadio y lo disfrutaban los equipos de segunda, y poco a poco se fue consumando la debacle, se veía venir, a la tercera temporada lo hicimos tan rematadamente mal que acabamos en el pozo de la 2ªB.
Pero allí seguía yo, renovando mi carnet año tras año y viendo pasar al Amurrio, al Real Unión, al Marina de Luanco, uno tras otro caían y como no podía ser de otra manera acabamos en primera posición y a 2ª otra vez.
Estrenabamos los 90 con las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) se suponía que los clubes pasaban a funcionar como empresas y habría una inyección de dinero importante, pero Santander y Cantabria son diferentes y eso se notó años más tarde. Lo que interesa ahora es el deporte, y esa vuelta a 2ª trajo también la vuelta de grandes ilustres cántabros a su equipo de toda la vida (los vendimos y nos fuimos al pozo, nota mental). El Gran Capitán, Quique Setién, tomó las riendas en el centro del campo, distribuyendo goles y juego, se veía venir, el abismo al que caímos una vez estaba cerca de terminar, y fue así:
La segunda temporada en 2ª acabamos terceros, ello implicaba jugar la promoción, nos tocó contra un ilustre, el Español (por entonces con ñ), primer partido allí, impresionante el refuerzo de la segunda vuelta, Michel Pineda ... 0-1 ... la primera estaba mucho más cerca que nunca. El partido de vuelta fue un miércoles, se presagiaba el lleno absoluto por primera vez, y así fue. El partido fue ramplón, pero lleno de emoción, hasta que el árbitro pitó el final. Conseguido ¡¡¡SOMOS DE PRIMERA!!!. La ciudad fue una fiesta, baños en las fuentes, baños en las playas, bares invitando, llegué a casa a las siete y pico de la mañana con una borrachera indescriptible y al día siguiente lo primero que hice fue acercarme a las taquillas para solicitar la renovación, no podría ser de otra manera".
En primera y las televisiones privadas dando millonadas por los partidos, Jabo Irureta, Radchenko, Popov, Vicente Miera, el debut de Munitis en copa destrozando el cesped de su banda izquierda ... más dinero y más negocio, viajes a Bilbao, Salamanca, Valladolid, Sevilla ... las mágicas noches del 5-0 al Barça y el 3-1 al Madrid ... miles de recuerdos como el día que nos ganó el Athletic de Guerrero y me fui a celebrarlo con sus seguidores en hermandad y en justa correspondencia por la vez que ganamos allí con los goles de Radchenko y nos aplaudieron, ahí está lo bonito que tenía el futbol.
Pero eso se fue muriendo, los clubes eran empresas absolutas, los jugadores eran trabajadores, asalariados, no deportistas y cada vez más, fue el germen de lo que vemos hoy en día con jugadores más preocupados de lo que le aconseje su asesor de imagen o representante que de acercarse a los chavales y echarles una firma en la gorra, y todo eso lo empecé a ver, cambié de grada norte a preferencia este, a preferencia norte y acabé en la sur, más tranquila y amena ... y así hasta que nos convertimos en el rey del empate, en una temporada que estuvimos a punto de bajar los jugadores en el penultimo partido salieron descaradamente al 0-0 en casa, ¡mercenarios! fue el grito de aquella tarde de domingo, eso no es deporte, y esa no es manera de hacer afición, estaba aburrido del futbol.
Y así fue como en un 14 de mayo del año 2000 estuve por última vez en el estadio.
A la temporada siguiente bajaron a segunda, se veía venir, pero les duró poco (observese como he cambiado el sujeto, ya no me incluyo en el equipo), pero la ramplonería continuaba, el aburrimiento, el salvarse por los pelos, mas no era mi problema, yo estaba tranquilo en el bar o en casa y dejé de ver futbol, dejé a mi Racing en manos de empresarios, ya no me pertenecía.
Y hasta que el año pasado empecé a notar cierto gusanillo, se oía hablar nuevamente de él, se recuperaron antiguos jugadores (como en el pasado) y a punto estuvieron de meterse en zona europea. ¿Campanada?, lo dudo compañeros, lo vemos este año, la gente más ilusionada que nunca, las bufandas verdiblancas se llevan incluso por la calle sin que haya partido, se llena el estadio, se abarrotan los bares ... y es que van sextos a mitad de temporada y se han metido en cuartos de Copa, algo está pasando y algo se presagia, puede ser un increible año para el racinguismo.
¿Sacaré del arcón mi vieja y viajera bufanda?, lo dudo, pero en cierto modo sus victorias son también mías, aunque no sea el mismo Racing al que yo pertenecí (otro día os cuento como estuve a punto de entrar de verdad) no deja de ser el equipo de mi ciudad, de mi tierruca ... y que puede plantar ese nombre por Europa el año que viene.
¡¡¡Racing, Racing, Racing!!!
NOTA: llevo siete años sin preocuparme sobre el fútbol, nada cambia con este post.
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