Las circunstancias mandan, es lo que suele decirse.
Fue Confucio quien mejor lo expresó al afirmar que "cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él", pues bien, mi objetivo sigue siendo el mismo a pesar de tanta extraña casualidad presente y pasada, no es ni más ni menos que vivir tranquilo y feliz, y por tanto, viendo que ahora no tengo posibilidades de llegar a realizarlo con los pasos que me había propuesto es simple cuestión de cambiar esos pasos.
La capacidad de adaptación al medio es una de las características más maravillosas del ser humano, obviamente no la desarrolla todo el mundo por igual, algunos se conforman con ser eternamente un junco al viento y otros se empeñan en no dejar de ser un muro; como siempre, en la moderación está la justa medida, ser junco y muro dependiendo de las circunstacias del momento, yo ahora debo optar por dejarme llevar, dejar que pase esta avalancha de situaciones y adaptarme a las mismas, estoy diseñando un nuevo plan de acción que desbarata El Gran Proyecto (al menos a medio plazo).
Como quiera que la reparación del coche va a ser muy cara y que tendrán que costearla mis pobres progenitores, tengo que encontrar la manera de devolverles "el favor", y se que lo mejor es que me vean trabajando; como irme a Cataluña sería algo duro para ellos no debo hacerles esa faena, bastante mal lo pasan ya al tener a mi hermano en Almería.
Juntando ambos factores, me quedo en Cantabria (por ahora), me doy un tiempo prudencial de un par de meses (orientativo) para encontrar algo en Prevención, buscándolo con más ahínco que nunca y recurriendo incluso al ineficaz Servicio Cántabro de Empleo o a los sindicatos; si pasado ese prudencial período no aparece el curro de mis sueños, voy a hacer uso de la experiencia que ya tengo en otros sectores y cogeré lo primero que se mueva, incluso arriesgando mi ya maltrecha espalda.
Me debo a ellos que tanto me han dado sin pedir nada a cambio, ahora debo ser yo quien lo haga en justa reciprocidad.
Normalmente cuando llega la oscuridad lo que hacemos es encender una luz, y es eso lo que he decidido hacer, porque seguir forzando la vista para ver un resplandor en la lejanía no trae consigo más que problemas y dolor.
ANOTACIÓN A POSTERIORI: si algún día llego a tener hijos, por supuesto que no será mi padre el que me sirva de ejemplo, por lo menos a la hora de insuflarles algún ánimo, ya dilucidaré en otro momento si amplio este rango a la educación en general.
Fue Confucio quien mejor lo expresó al afirmar que "cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él", pues bien, mi objetivo sigue siendo el mismo a pesar de tanta extraña casualidad presente y pasada, no es ni más ni menos que vivir tranquilo y feliz, y por tanto, viendo que ahora no tengo posibilidades de llegar a realizarlo con los pasos que me había propuesto es simple cuestión de cambiar esos pasos.
La capacidad de adaptación al medio es una de las características más maravillosas del ser humano, obviamente no la desarrolla todo el mundo por igual, algunos se conforman con ser eternamente un junco al viento y otros se empeñan en no dejar de ser un muro; como siempre, en la moderación está la justa medida, ser junco y muro dependiendo de las circunstacias del momento, yo ahora debo optar por dejarme llevar, dejar que pase esta avalancha de situaciones y adaptarme a las mismas, estoy diseñando un nuevo plan de acción que desbarata El Gran Proyecto (al menos a medio plazo).
Como quiera que la reparación del coche va a ser muy cara y que tendrán que costearla mis pobres progenitores, tengo que encontrar la manera de devolverles "el favor", y se que lo mejor es que me vean trabajando; como irme a Cataluña sería algo duro para ellos no debo hacerles esa faena, bastante mal lo pasan ya al tener a mi hermano en Almería.
Juntando ambos factores, me quedo en Cantabria (por ahora), me doy un tiempo prudencial de un par de meses (orientativo) para encontrar algo en Prevención, buscándolo con más ahínco que nunca y recurriendo incluso al ineficaz Servicio Cántabro de Empleo o a los sindicatos; si pasado ese prudencial período no aparece el curro de mis sueños, voy a hacer uso de la experiencia que ya tengo en otros sectores y cogeré lo primero que se mueva, incluso arriesgando mi ya maltrecha espalda.
Me debo a ellos que tanto me han dado sin pedir nada a cambio, ahora debo ser yo quien lo haga en justa reciprocidad.
Normalmente cuando llega la oscuridad lo que hacemos es encender una luz, y es eso lo que he decidido hacer, porque seguir forzando la vista para ver un resplandor en la lejanía no trae consigo más que problemas y dolor.
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ANOTACIÓN A POSTERIORI: si algún día llego a tener hijos, por supuesto que no será mi padre el que me sirva de ejemplo, por lo menos a la hora de insuflarles algún ánimo, ya dilucidaré en otro momento si amplio este rango a la educación en general.
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