Sólo tuve ayer dos momentos en los que la maquinaria mental dejó de funcionar, lo cual fue desde luego un tremendo alivio y un claro síntoma de lo que más me hace falta en estos momentos, al menos uno de ellos:
- Subiendo la cuesta de la calle Emilio Diaz Caneja (vulgo Traida de Aguas).
- Devorando pipas viendo House.
Del segundo momento poco puede decirse salvo que a pesar de ser repetido sigue molando el puto médico cojo, y si es con una provisión de 500 gramos mucho más. Pero es el primer momento el que me ha tenido ocupado en adivinar causas y efectos.
Para quien no la conozca, esa calle es una cuesta muy pindia (empinada) que conecta los barrios periféricos con el distribuidor natural de Santander, llegar arriba de ella con el corazón galopando, las tripas revueltas y el resuello por el suelo me vino de perlas porque fue, como dije antes, el momento en que el cerebro desconectó el pensamiento y se centró exclusivamente en lo físico ... luego llegar hasta Perines digamos que fue más sencillo porque es cuesta abajo ... pero quedaba la vuelta y otra vez era subir y bajar, me sentí estupendamente.
Animado con esto busqué información por internet y descubrí cosas relacionadas con las endorfinas: estas hormonas (péptidos opiaceos) no dejan de ser unas moléculas las cuales, curiosamente, guardan un gran parecido con la morfina, de hecho son las encargadas de asimilar dicha droga cuando es suministrada desde el exterior, y su función no es otra que aliviar el dolor en el cuerpo, aunque tienen un período de vida extremadamente corto, lógico si fueramos todo el día hasta las cejas de endorfinas no sentiríamos, por ejemplo, que se nos ha roto una pierna.
Bien, el caso es que las endorfinas pueden segregarse mediante unos cuantos ejercicios, entre los cuales el más común es el ejercicio físico, actividad muscular. Y así fue como tras llegar a lo alto de la Rotonda los Osos el cerebro estaba tan sumamente dopado de endorfinas que simplemente se durmió, y asi fue como me di cuenta de que lo mejor que me ha podido pasar en este momento es estar sin coche, motivo por el cual ayer me metí algo más de dos kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, cuestas mediante y por añadidura es el motivo por el que conseguí dormir tan bien cuando todo apuntaba a más insomnio.
Y me he sentido estupendamente al despertar, tanto que me he decidido a llevar a cabo la segunda campaña de curriculeo masivo, independientemente de cual sea el resultado, tengo que hacerlo, y ya he empezado.
Voy más allá, poquito antes de cerrar los ojitos me ha sobrevenido la idea que puede hacer temblar los pilares de la tierra: estoy cansado de fumar. Que nadie piense más allá de esta afirmación, sólo es eso, estoy cansado, de ahí a pensar en dejarlo puede que haya una eternidad y de pensar en dejarlo a hacerlo efectivo otra, por tanto se trata simplemente de un primer paso.
Me ha molado la experiencia del autodopaje endorfínico y trataré de repetirlo ... ahora que lo pienso en el pasado hice lo mismo sin saber porqué, lo que cambian los tiempos y sin embargo volvemos al punto de origen, el puto Ka.
Nota: de momento necesito escribir y lo haré, pero creo que me viene mejor escribir única y exclusivamente sobre mi, dejaré las causas globales y críticas para mejor momento.
- Subiendo la cuesta de la calle Emilio Diaz Caneja (vulgo Traida de Aguas).
- Devorando pipas viendo House.
Del segundo momento poco puede decirse salvo que a pesar de ser repetido sigue molando el puto médico cojo, y si es con una provisión de 500 gramos mucho más. Pero es el primer momento el que me ha tenido ocupado en adivinar causas y efectos.
Para quien no la conozca, esa calle es una cuesta muy pindia (empinada) que conecta los barrios periféricos con el distribuidor natural de Santander, llegar arriba de ella con el corazón galopando, las tripas revueltas y el resuello por el suelo me vino de perlas porque fue, como dije antes, el momento en que el cerebro desconectó el pensamiento y se centró exclusivamente en lo físico ... luego llegar hasta Perines digamos que fue más sencillo porque es cuesta abajo ... pero quedaba la vuelta y otra vez era subir y bajar, me sentí estupendamente.
Animado con esto busqué información por internet y descubrí cosas relacionadas con las endorfinas: estas hormonas (péptidos opiaceos) no dejan de ser unas moléculas las cuales, curiosamente, guardan un gran parecido con la morfina, de hecho son las encargadas de asimilar dicha droga cuando es suministrada desde el exterior, y su función no es otra que aliviar el dolor en el cuerpo, aunque tienen un período de vida extremadamente corto, lógico si fueramos todo el día hasta las cejas de endorfinas no sentiríamos, por ejemplo, que se nos ha roto una pierna.
Bien, el caso es que las endorfinas pueden segregarse mediante unos cuantos ejercicios, entre los cuales el más común es el ejercicio físico, actividad muscular. Y así fue como tras llegar a lo alto de la Rotonda los Osos el cerebro estaba tan sumamente dopado de endorfinas que simplemente se durmió, y asi fue como me di cuenta de que lo mejor que me ha podido pasar en este momento es estar sin coche, motivo por el cual ayer me metí algo más de dos kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, cuestas mediante y por añadidura es el motivo por el que conseguí dormir tan bien cuando todo apuntaba a más insomnio.
Y me he sentido estupendamente al despertar, tanto que me he decidido a llevar a cabo la segunda campaña de curriculeo masivo, independientemente de cual sea el resultado, tengo que hacerlo, y ya he empezado.
Voy más allá, poquito antes de cerrar los ojitos me ha sobrevenido la idea que puede hacer temblar los pilares de la tierra: estoy cansado de fumar. Que nadie piense más allá de esta afirmación, sólo es eso, estoy cansado, de ahí a pensar en dejarlo puede que haya una eternidad y de pensar en dejarlo a hacerlo efectivo otra, por tanto se trata simplemente de un primer paso.
Me ha molado la experiencia del autodopaje endorfínico y trataré de repetirlo ... ahora que lo pienso en el pasado hice lo mismo sin saber porqué, lo que cambian los tiempos y sin embargo volvemos al punto de origen, el puto Ka.
Nota: de momento necesito escribir y lo haré, pero creo que me viene mejor escribir única y exclusivamente sobre mi, dejaré las causas globales y críticas para mejor momento.
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