Toca hablar de la tristeza, para ver si consigo exorcizarla un poco.
Ahora me debato entre seguir revolcándome en la mierda (mala opción, sin duda, pero la más cómoda) o encarar la cuesta arriba sabiendo que el premio me espera (buena opción, por supuesto, pero la más arriesgada y difícil); he separado mi vida en tres facetas que en principio no guardan relación entre ellas, y sin embargo todos sabemos que efectivamente lo hacen.
Por un lado está la laboral y que es, actualmente, la que más guerra está dando, sobre todo porque no existe más allá de enviar curriculums por doquier, esperando que surja la oportunidad que se que me merezco, y lo que siempre se ha dicho: quien espera, desespera.
Pero amigos míos, estoy resuelto a encontrar algo, aquí es donde he apostado la gran mayoría de mis escasos ánimos, desdeñando otras cosas que aún siendo importantes en este momento no son urgentes. Se que este va a ser mi año, por muchos golpes y varapalos que me lleve voy a seguir insistiendo, aquí el ánimo decayó un poco pero ha vuelto y parece ser que con mayor fuerza que nunca. Sigo curriculeando hasta que .....
En el panorama social y familiar la cosa está complicada, aunque por mi naturaleza arisca y huraña, mi sentimiento independiente, no voy a perder mucho tiempo tratando de arreglarla. Ayer mi padre me dió una nueva muestra de su falta de confianza en mi al recordarme (como si hiciera falta) que "se me ha pasado el arroz", bastante contundente, desde luego, y pasados los cinco minutos pertinentes para haber tenido un pollo interesante, decidí que no merecía la pena, que se vaya al infierno, si sale un trabajo interesante me iré de casa, está demostrado que como mejor podemos estar es separados, cada uno preocupado de lo suyo y santas pascuas. Esto ha servido de inyección de ánimos en lo laboral.
Aquí también entran "los amigos", me quedo con la música y todo lo que ella me reporta, me quedo con la gente del folky del rock que me ayudan a distraer la mente, organizar sesiones y preparar temas, asistir a reuniones y conciertos, hablar de esto y lo otro, sin imposiciones ni chantajes, libertad de pensamiento y palabra, en pocas palabras: apoyo social.
Algo que nunca he hecho ha sido pedir favores, o si acaso en contadas ocasiones, creo que ha llegado el momento de hacerlo, se que dentro de sus posibilidades harán todo lo posible para que llegue al objetivo que me marqué, ya sea aquí o allí, pero me ayudarán.
Sólo faltaría hablar del tercer punto, el sentimental, pero eso lo voy a dejar para mejor momento, a pesar de que las murallas de Jericó temblaron, siguen siendo fuertes y aguantarán con resolución y me ayudan a tener el corazón a buen recaudo (como diría Robe: nunca llevo el corazón encima por si me lo quitan).
Y hasta aquí el repaso dominical a algo que me ha tenido unas cuantas horas en vela, quizá haya querido el destino que ayer entre cerveza y cerveza sonara una canción de Platero y Tú olvidada hace tiempo, canción con un pasado y que me ha supuesto una inyección de optimismo para apostar por mi:
Ahora me debato entre seguir revolcándome en la mierda (mala opción, sin duda, pero la más cómoda) o encarar la cuesta arriba sabiendo que el premio me espera (buena opción, por supuesto, pero la más arriesgada y difícil); he separado mi vida en tres facetas que en principio no guardan relación entre ellas, y sin embargo todos sabemos que efectivamente lo hacen.
Por un lado está la laboral y que es, actualmente, la que más guerra está dando, sobre todo porque no existe más allá de enviar curriculums por doquier, esperando que surja la oportunidad que se que me merezco, y lo que siempre se ha dicho: quien espera, desespera.
Pero amigos míos, estoy resuelto a encontrar algo, aquí es donde he apostado la gran mayoría de mis escasos ánimos, desdeñando otras cosas que aún siendo importantes en este momento no son urgentes. Se que este va a ser mi año, por muchos golpes y varapalos que me lleve voy a seguir insistiendo, aquí el ánimo decayó un poco pero ha vuelto y parece ser que con mayor fuerza que nunca. Sigo curriculeando hasta que .....
En el panorama social y familiar la cosa está complicada, aunque por mi naturaleza arisca y huraña, mi sentimiento independiente, no voy a perder mucho tiempo tratando de arreglarla. Ayer mi padre me dió una nueva muestra de su falta de confianza en mi al recordarme (como si hiciera falta) que "se me ha pasado el arroz", bastante contundente, desde luego, y pasados los cinco minutos pertinentes para haber tenido un pollo interesante, decidí que no merecía la pena, que se vaya al infierno, si sale un trabajo interesante me iré de casa, está demostrado que como mejor podemos estar es separados, cada uno preocupado de lo suyo y santas pascuas. Esto ha servido de inyección de ánimos en lo laboral.
Aquí también entran "los amigos", me quedo con la música y todo lo que ella me reporta, me quedo con la gente del folky del rock que me ayudan a distraer la mente, organizar sesiones y preparar temas, asistir a reuniones y conciertos, hablar de esto y lo otro, sin imposiciones ni chantajes, libertad de pensamiento y palabra, en pocas palabras: apoyo social.
Algo que nunca he hecho ha sido pedir favores, o si acaso en contadas ocasiones, creo que ha llegado el momento de hacerlo, se que dentro de sus posibilidades harán todo lo posible para que llegue al objetivo que me marqué, ya sea aquí o allí, pero me ayudarán.
Sólo faltaría hablar del tercer punto, el sentimental, pero eso lo voy a dejar para mejor momento, a pesar de que las murallas de Jericó temblaron, siguen siendo fuertes y aguantarán con resolución y me ayudan a tener el corazón a buen recaudo (como diría Robe: nunca llevo el corazón encima por si me lo quitan).
Y hasta aquí el repaso dominical a algo que me ha tenido unas cuantas horas en vela, quizá haya querido el destino que ayer entre cerveza y cerveza sonara una canción de Platero y Tú olvidada hace tiempo, canción con un pasado y que me ha supuesto una inyección de optimismo para apostar por mi:
¡Eh!, no tengas miedo y olvida el pasado,
ahora todo va a cambiar.
Siempre he sido el hijo del fracaso,
todo me ha salido mal.
Pero al final del callejón
encontraré la solución.
Si sale bien iré a por ti;
tú mientras tanto, por mí ...
Nunca te preocupes por mí.
Aunque siempre me ha pillado el chaparrón
sé que ahora la suerte está a mi favor.
Nada se ha perdido, aún me quedan sueños,
sé que llegaré al final.
Vengo del infierno y ya no siento miedo,
nada me puede asustar.
Pero al final del callejón ...
Por mí ...
ahora todo va a cambiar.
Siempre he sido el hijo del fracaso,
todo me ha salido mal.
Pero al final del callejón
encontraré la solución.
Si sale bien iré a por ti;
tú mientras tanto, por mí ...
Nunca te preocupes por mí.
Aunque siempre me ha pillado el chaparrón
sé que ahora la suerte está a mi favor.
Nada se ha perdido, aún me quedan sueños,
sé que llegaré al final.
Vengo del infierno y ya no siento miedo,
nada me puede asustar.
Pero al final del callejón ...
Por mí ...
1 comentario:
En mi familia siempre se ha dicho que lo que resulta difícil de conseguir, siempre se verá muy recompensado, tanto material como personalmente :)
Todos pasamos alguna vez por "malas rachas"... al menos en mi caso, al superarla me he sentido "como nueva" :)
saludos!!
p.d. cuando alguien se revolca en la mierda, acaba oliendo mal :P
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