SMOKE GETS IN YOUR EYES

Aún recuerdo aquellos primeros cigarrillos que unos cuantos nos fumábamos escondidos al terminar las clases y mientras hacíamos tiempo para coger el autobús de vuelta a casa. Eran tiempos de mitos y leyendas, de aspiraciones a "ser mayores", vernos a punto de dejar la infancia con apenas 13 o 14 años imitando a los que el año pasado ya habían dado el paso de llegar al Instituto.

Ese último curso con quienes habían sido mis compañeros durante tantos años trajo el principio de un vicio que aún a día de hoy me acompaña y que ha pasado por múltiples fases.

Aquellas primeras caladas hacían daño, pero al mismo tiempo sabían bien, quizá la mezcla de peligro y riesgo les daban ese aroma agridulce que minimizaba la carga nociva que cada una de ellas llevaba, sabían a libertad.

Y fueron pasando los años, aquellas amistades quedaron en el olvido, vinieron otras y se fueron, y llegaron los amores y también desaparecieron. El primer trabajo después de acabar los estudios, otros trabajos, alegrías mayores y penas amargas, todo vino y todo se fue .... y el tabaco seguía en mi vida.

Y llegamos al nuevo siglo y a una nueva mentalidad de hábitos saludables, el tabaco poco menos que es el enemigo público número uno, cambié el cigarrillo "industrial" por los manufacturados, como tantos otros. Y un nuevo sabor llegó a mi vida.

Se que son excusas de un adicto, pero el tabaco de liar me sabe de otra manera a mis eternos Ducados, un nuevo nombre para el mismo vicio. Y se que me hace daño, pero ahí sigo, fumando.

Creo que ha llegado la hora de intentar dejarlo.

PD: es pura metáfora.

No hay comentarios: