SIN PROBLEMAS

Hubo un tiempo en que la vida me pasaba a más de 160 kilómetros por hora, siempre huyendo hacia ningún sitio y sin jamás llegar a él. Fue hace unos cinco años cuando empecé a ser consciente de que tanta velocidad no podía ser buena, no iba conmigo, con mi manera de ser tan "pachorra" y levanté el pié del acelerador.

Hoy, volviendo a casa después de una "dura" jornada de trabajo, he sido más consciente que nunca de que estoy empezando a vivir, sin tener un objetivo claro y definido pero aprovechando cada momento, sorteando cada bache y cada obstáculo.

Nunca fui un ganador nato, nunca tuve la necesidad imperiosa y necesaria de ganar, y ahora, cuando tengo un camión delante que va más despacio que yo y no puedo adelantarlo porque los que viven deprisa no abandonan el carril de la izquierda, no tengo inconveniente en esperar hasta que pueda hacerlo, aprovecho el momento justo para adelantarlo y al final llego siempre a donde quiero, sin excesivos problemas, mientras en el aleatorio del mp3 suena cualquier canción forme parte o no de mi banda sonora vital.

Creo que mi vida actual, fuera del coche, transcurre de la misma manera, despacio, viviendo, sonriendo, sorteando y evitando ... siendo tremendamente feliz por primera vez en muchísimo tiempo.

Siempre dije que el mundo se aparta ante alguien que sabe a donde va, ahora digo que el mundo puede hacer lo que quiera que yo llegaré antes o después :-)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no adelantes al camión, despacico y con buena letra :D

Merlin dijo...

Tranquilicese, que no pienso hacerlo :-)