15 DE NOVIEMBRE DE 2001

Jodidas (o benditas) Señales que no hacen si no descolocarme entre el pasado más pasado y este presente tan tránquilo y lleno de ironía.

La culpa la tuvo, años atrás, este poema de Benedetti:

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

Que uno tiene que buscarlo y dárselo.
Que nadie establece normas, salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde formas.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no esta prohibido amar.
Que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí, hiere mucho.
Que las heridas se cierran.
Que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos, nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que negar palabras, es abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.
Que la vida parte del sexo.
Que el por qué de los niños, tiene su por qué.
Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad.
Que querer saber todo de todos, es curiosidad mal sana.
Que nunca está demás agradecer.
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar.
Que para dar, debemos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber pedir.
Que saber pedir no es regalarse.
Que regalarse en definitiva es no quererse.
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos.
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
Que adular no es apoyar.
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son honestas.
Que nadie es honesto porque no robe.
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo.
Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y la mente.
Que con los oídos se escucha.
Que cuesta ser sensible y no herirse.
Que herirse no es desangrarse.
Que para no ser heridos levantamos muros.
Que sería mejor construir puentes.
Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve.
Que volver no implica retroceder.
Que retroceder también puede ser avanzar.
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?

y que fué el comienzo de algo bonito, pero también de algo trágico. ¿Estaré equivocado?, ¿o quizá ha llegado el momento de creer en segundas, terceras o cuartas partes (perdí ya la cuenta)?. ¡Ays!, que sinvivir oye, es lo malo de ser altamente influenciable o de vivir en un permanente estado de euforia, o quizá no es que sea malo, quizá simplemente es que en el devenir de las cosas, en lo que ocurre alrededor de uno surgen momentos en los que debes arriesgarte o quedarte con las ganas y nuevamente con la duda ... uffffffff ... quizá no espero comentarios de este post, quizá sólo quiera leerlo dentro de un tiempo y haber salido ya de esas dudas que me sumergen, pero ¡joer! que todo apunta en una inconfundible dirección ¿habrá llegado ya mi momento de vivir según las normas de mi vida?.

Veremos.

No hay comentarios: