DIA DE LLUVIA (2ª parte)

Pues si, el día de hoy, o mejor dicho dicho, la mañana ha dado para un segundo post, que lo podía haber puesto en el anterior pero quizá mejor asi ¿no?, por aquello de hacer la lectura más cómoda.

Pues seguimos: tras haber perdido de vista a "mi amiga", atravesar una ciudad en obras y llegar al centro, decidí cambiar de parada, en vez de hacerlo en el Ayuntamiento lo hice una antes, en el antiguo Simago, me habían advertido de la decoración navideña de la plaza de dicho edificio público y aún no estoy preparado para verlo con mis propios ojos.

Y claro, hoy llovía (llueve) en Santander, eso es el pistoletazo de salida para los "asesinos sacaojos del paraguas". No se si habrá algún estudio sociológico sobre este instrumento de tortura social, pero a buen seguro que debería haberlo:

- tenemos por un lado a la señora recién salida de la peluquería que lleva abierto el paraguas continuamente, aunque deje de llover el tiempo suficiente para cerrarlo, más que nada por respeto a los que están compartiendo la calle, por no hablar de que será más cómodo llevar los brazos al compás de las piernas que tener uno de ellos forzando el desequilibrio continuo. Estas señoras, las más asiduas al paraguas, parece que están en sus casas todo el año, salvo los días de lluvia, deben tener comisión en algun oftalmologo, y ruego a las autoridades oportunas que las tengan bajo arresto domiciliario aquellos días grises en los que le de por llover, la Seguridad Social se lo agradecerá.

- La segunda raza del paraguas es "el del traje". El típico comercial, banquero, ejecutivo o profesión similar, dueños de los coches más imponentes y gigantescos que trasladan su absoluto desprecio hacia el populacho cuando se ven forzados a abandonar sus habitáculos sobre ruedas. Si en un día soleado te abrasan las piernas con sus maletines, te gritan al oido con sus insulsas negociaciones vía-móvil y te desprecian cual señora-en-la-parada-de-bus, los días de lluvia no iba a ser menos y para martirizar al personal hacen uso de sus mastodónticos y golfeantes paraguas. ¡Dios! cada día los hacen más grandes, tienden a ocupar más espacio "aquí estoy yo, y si te atreves a acercarte utilizaré la técnica que me ensañó mi madre, recien salida de la peluquería, con mi paraguas".
Sería curioso ver a dos de estos "trajeaos" en una calle estrecha ¿quién le haría la OPA hostíl a quién?, ¿cual de ellos absorbería la empresa?, ¿se fusionarían en una UTE?, ...

- Y el tercero, el/la despistao/a. Es ese personaje, entrañable, tierno, cariñoso, pero que es un peligro cuando llueve y utiliza el paraguas, parece como si se olvidara que lo lleva, convirtiendo su paseo en un reguero de "uys", "cuidaooo", "por favor, mire por donde va", ... Más que peligroso como las otras dos especies lo que hay que tener es el ojo avizor (si no te le ha sacado la señora de la pelu) y anticiparte a sus descuidados movimientos, por lo demás no reviste amenaza.

Y para despedirme por hoy (dejaré el resto del día para mañana) un fragmento de una canción que escuché a un grupo de Murcia, Malvariche:

"Tiene que llover, tiene que llover
tiene que llover ... a cántaros"

Si, que llueva, pero yo me quedo en mi casa hasta que se encierren a los "asesinos sacaojos del paraguas".

Salud.

Editado un ratín después:

tras las oportunas averiguaciones, picado por la curiosidad, el fragmento de la canción que puse antes es de Pablo Guerrero "A cántaros" del año 1972 y los Malvariche hicieron su versión más folki en su disco "En concierto" del 97. Para quien sepa tocar la guitarra aquí está su tablatura: A CÁNTAROS

1 comentario:

Merlin dijo...

grialita: esa raza es también un show, son parte fundamental de la convivencia en la calle, aquellas que convierten el amargo trago de cruzarte con los asesinos en algo superable por el cachondeo que producen, si es que a veces merece la pena pasear solo por cruzarte con ellas; interesante propuesta la tuya de extender este estudio pseudo-sociológico a el ámbito del hipermercado, ya que estoy lanzado me encerraré una tarde en el carrefour para ver que saco XDDD (seguro que mucho y bueno)

germen: hola paisano, ya somos tres odia-paraguas, y seguro que hay más por ahí agazapados, salgamos todos a la calle a reivindicar nuestro derecho a mojarnos si nos da la gana y no tener que jugarnos la integridad de nuestros ojos; el autobús sólo en casos excepcionales, que en Santander ya sabes que abundan (llueve mucho como dice grialita jejeje), ¡joer! que idea la de analizar a la fauna del bus, ya tengo más trabajo :-), en lo que no estoy de acuerdo es en lo del paseo, por lo menos en ocasiones puntuales como con la viejecilla de la bolsa, o los músicos callejeros (pelin profesionales, no los del acordeón repetitivo que menudo verano me han dado), descubrir nuevos rincones, mirar los tejados de los edificios antiguos y ver sus capiteles, terrazas, ..., hay pocas cosas pero merece la pena descubrirlas.

Un saludo a ambos.